Desde el primer debate presidencial en México, durante las elecciones de 1994; las propuestas son (o deberían ser) el hilo conductor de los encuentros. El concepto mismo de un debate electoral se basa en la idea del contraste de ideas, planes, opiniones. Claro, la naturaleza de estos eventos también se presta para los llamados “ataques”. 

Ya sea mediante acusaciones, declaraciones polémicas, incluso frases vejatorias o clasificatorias; los debates nunca han sido espacios ajenos a hostilidades entre candidatos. Recordaremos algunos de los momentos más destacados de contiendas anteriores como “Riqui Riquín Canallín” o “Lavestida”. Este tipo de comentarios no solo son hilarantes, también ayudan a los candidatos a crear impresiones perdurables en el imaginario social. 

Pero, por más divertida que pueda parecer la idea de pasar una hora y media viendo a dos políticos reclamarse hasta por respirar distinto; en realidad no es lo que esperamos de un debate presidencial. Los memes son chistosos, sí, pero nuestro futuro no es una broma y la vida no es un reality. Un debate tan importante como el del domingo no puede ser un show político. Y sin embargo, lo fue. 

Previo al inicio de la transmisión televisiva del debate, cada candidato arribó a la sede en distintos medios; automóvil, bicicleta y “fosfobús”. Los tres se detuvieron momentáneamente frente a las escalinatas del recinto para dirigir unas cuantas palabras a sus respectivos contingentes. 

@El_Universal_MX via X (antes Twitter)

De igual manera, los representantes de cada campaña declararon a los medios que sus abanderados ocuparían el espacio de diálogo para proponer ideas, no atacar. Y, si bien es cierto que se mencionaron algunos posibles proyectos de gobierno, sus estrategias demostraron todo lo contrario.

El encuentro, moderado por los periodistas Denise Maerker y Manuel Lopez San Martín, se llevó a cabo en las instalaciones del INE en la Ciudad de México dando inicio a las 20:01, hora local. Este año, el formato del debate se centró en contestar un número de preguntas, formuladas por los moderadores y por la ciudadanía.

Es así que se planteó una dinámica de pregunta y respuesta en la que, aunque estaba permitido que los candidatos interactuaran entre sí, se limitó considerablemente la posibilidad de dialogar. De igual manera, la falta de espacios para que los candidatos pudieran presentarse y exponer sus propuestas para cada bloque temático, provocó que desde un primer momento hubiera una falta de fluidez en las intervenciones. 

Sin embargo, incluso omitiendo las dificultades causadas por el inusual formato establecido por el INE, no cabe duda que los ataques verbales intercambiados entre los tres candidatos a la presidencia fueron el foco del debate. Predominaron, especialmente, los comentarios y acusaciones intercambiadas entre las candidatas de ambas coaliciones.

A pesar de que cada participación fue precedida por preguntas asignadas en el momento y al azar, en la mayoría de los casos, los participantes hacían caso omiso a estas. En lugar de responder; optaron por dirigir acusaciones en contra de sus contrincantes, “la nueva” o “vieja” política, y en general, cualquier acto o vínculo considerado como controversial desde el inicio de sus respectivas carreras políticas. 

Este primer debate contó con seis ejes principales: salud, educación, corrupción, transparencia, no discriminación a grupos vulnerables y violencia de género. A pesar de que se dieron espacios determinados para hablar sobre cada uno de estos temas, los candidatos priorizaron contrarrestar los agravios en su contra con declaraciones incriminando a sus competidores. Entonces, aunque los tres candidatos alcanzaron a mencionar algunas propuestas individuales, no se profundizó en prácticamente ninguna. 

Lo poco que se propuso

La candidata de la coalición “Sigamos Haciendo Historia”, Claudia Sheinbaum; sintetizó sus propuestas en continuar y fortalecer los programas sociales de esta administración. También mencionó la implementación de becas para estudiantes de preescolar a secundaria públicas; al igual que la creación de universidades. Habló sobre el uso de tecnología para la digitalización de las cuentas estatales, promoviendo así la transparencia en licitaciones y adjudicaciones directas.

Aprovechó, también, para presumir el índice de 57.9% de satisfacción ciudadana con el IMSS-Bienestar. Y su variedad de premios obtenidos durante su sexenio como Jefa de Gobierno. 

@Claudiashein via X (antes twitter)

Por su parte, Xóchitl Gálvez, presentó algunas ideas de soluciones para los problemas que aquejan al país. En temas de salud, propuso la creación de la tarjeta “Mi Salud” con la cual se podrán adquirir medicamentos en todas las farmacias. También habló de revivir las escuelas de tiempo completo. Reiteró que los niños tendrán acceso a internet, becas universales y clases de robótica, programación e inteligencia artificial. 

Los programas sociales que prometió no eliminar, también fueron mencionados al decir que llevará dos a nivel constitucional. En cuanto a transparencia, dijo que las adjudicaciones directas serían “muy pocas”, sin mayor detalle. Habló, además, de su intención de terminar la militarización en la nación. En adición a todo esto, la candidata de la coalición “Corazón y Fuerza por México” se viralizó en redes sociales por sostener la bandera del país al revés y por llamar, en repetidas ocasiones, a la morenista una “mujer fría y sin corazón”. 

Para finalizar, Máynez, Jorge Máynez. Además de presentarse en dos ocasiones separadas, una en español y otra en Lengua de Señas Mexicana; fue el candidato que trajo más propuestas a la mesa del primer debate. Temas como la salud fueron abordados desde distintas perspectivas, y una sonrisa siempre empastada en la cara.. Enfatizando en que el pais requiere un sistema “universal y equitativo”, el candidato por Movimiento Ciudadano contempló la creación de un Sistema Nacional de Cuidados cuya prioridad será la prevención. Incluso mencionó la posibilidad de usar IA para “predecir tendencias en enfermedades”.

En cuanto a transparencia, propuso formar órganos de transparencia específicos para los programas sociales. También mencionó la implementación de una ley “3×3” aplicable a todas las empresas proveedoras del gobierno para asegurar su autenticidad. En el tema de comunidades vulnerables, planea fundar una defensoría pública para los casos aplicables; incluyendo los casos de migrantes. 

¿Hubo propuestas en el primer debate presidencial? Claro. Algunas ideas encontraron espacios para darse a escuchar entre las críticas, denuncias y acusaciones que saturaron las dos horas que duró el evento. Eso no quiere decir que fueran suficientes para que nosotros, como electorado, podamos empezar a formular una opinión respecto a las personas que liderarán nuestro país los siguientes 6 años. Prueba de ello: #PerdióMéxico fue tendencia en X antes de que, siquiera, acabara el debate.