Aquí te presentamos un par de tips para que puedas vivir esta Cuaresma con ayuno y sacrificio, preparándote para la semana más importante.

La semana pasada, con Miércoles de Ceniza, iniciamos un nuevo tiempo litúrgico, la Cuaresma. Este periodo suele ser entendido como un momento de sacrificio y preparación, pero ¿hasta qué punto realmente te estás preparando para vivir la Semana Santa?

Imagen recuperada vía Catholic Link

Es muy fácil plantearse sacrificios como dejar de comer chocolate, no tomar café o similares. Sin embargo, este tipo de renuncias difícilmente lograrán que nos podamos acercar más a quienes queremos ser como hijos de Dios, pues se centran en lo superficial. Plantearse cualquier propósito es bueno, pues demuestra que quieres hacer un cambio en tu vida, pero estos pueden ser más profundos, ¿estás de acuerdo conmigo?

Si aún no te has propuesto algún cambio o crees que el sacrificio que planeabas vivir no dispone mejor tu corazón durante esta Cuaresma, a continuación te dejamos dos puntos que te pueden servir, inspirados por una homilía del domingo 18 de febrero.

“El ayuno no es para batallar, es para volver a nosotros”

La Iglesia no le impone a los católicos ayunar y hacer sacrificio sin justificación alguna, sino que propone el tiempo de la Cuaresma como un momento de interiorización y oración. Mirando lo más profundo de nuestro corazón, podemos entender cuáles son aquellas fallas que nos impiden ver a Jesús en nosotros mismos y, por consecuencia, en los demás. 

Nuestra relación con Dios se debilita y quebranta cuando negamos la naturaleza que nos compone, realizando actividades que van en contra de aquello que está inscrito en los corazones de todas las personas desde el momento de la Creación: somos imagen y semejanza de Dios. Por lo tanto, cuando le damos la espalda a nuestro Creador, nos la estamos dando a nosotros mismos, cerrando las puertas para una vida en plenitud.

Nos hiciste, Señor, para Ti; y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti.”

San Agustín de Hipona (Confesiones, I, 1).

Tip (en pocas palabras): antes de proponerte un sacrificio con el que vivirás esta Cuaresma, ve tu interior y detecta qué es aquello que te está impidiendo crecer en tu relación con Jesús, a partir de eso, detecta una actitud o acción, en particular, que quieras cambiar.

“La oración me permitirá poner mi mirada en Dios”

Un católico no puede conformarse con ver únicamente su interior, pues debe salir de sí mismo para realmente vivir tal como se propone en la Biblia.

En esto hemos conocido la caridad, en que Él dio su vida por nosotros, y nosotros debemos dar nuestra vida por nuestros hermanos.”

1, Juan 3:16.

Es por ello que, a partir de la oración, debemos buscar a Dios, quien se manifiesta en nuestro prójimo, que puede presentarse de diferentes maneras: desde aquel señor amable que trabaja en la universidad hasta el amigo que se ha alejado de la Iglesia, e incluso la persona que defiende una causa contraria a nuestros valores. 

Muchas veces queremos que Jesús se aparezca delante de nuestros ojos y se nos olvida que Él está presente en todas las personas que nos rodean. 

Tip (en pocas palabras): este año, busca proponerte algún sacrificio que te ayude a involucrarte en la vida de quienes te rodean, pues Jesús también está presente en ellos. Muchas veces queremos alcanzar nuestra felicidad a través de nosotros mismos y olvidamos que la plenitud del otro, también nos brinda este gozo.

Imagen recuperada vía Infobae

Con estas breves reflexiones te invitamos a vivir este tiempo de Cuaresma de una manera distinta, con la mirada fija en la meta: preparar tu corazón para la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús.  ¡Recuerda que ningún sacrificio es muy pequeño siempre y cuando verdaderamente busques parecerte cada día más a Él!