De la mano de la mítica y ya favorita de este espacio A24, Alex Garland, galardonado escritor y director de Ex Machina, Annihilation, y 28 Days Later, nos trae su última cinta como director, Civil War, en la cual la productora no escatimó en gastos y se ha vuelto la película más cara del estudio hasta ahora.

Con talento como Kirsten Dunst, Wagner Moura, Jesse Plemons y una estrella en ascenso como Cailee Spaeny encabezando esta cinta, tenemos un qué pasaría si Estados Unidos sufriera de un golpe de estado y subsecuentemente una segunda guerra de secesión. Vemos que pasa cuando el caos se desata en la casa donde les encanta dedicarle la guerra a cualquier país.

¿De qué trata Civil War?

En un futuro distópico, aunque no tan lejano, la fotoperiodista de guerra Lee Smith, interpretada por Kirsten Dunst, busca ir desde Nueva York hasta Washington D.C. para entrevistar y fotografiar al presidente de los Estados Unidos antes de que lo asesinen y junto a él caiga la capital. Para aquellos que esperaban ver al Capitán América y Iron Man, lamento decepcionarlos, pero mejor arranquemos la curita de una vez, pues esta cinta será muy distinta a lo hecho por Marvel.

Además de ser la culminación de Garland como director, ya que seguirá siendo guionista, es también un ejercicio interesante sobre cómo reaccionaría Estados Unidos a un segunda guerra civil. Hay ocasiones en las que la puesta escena es de asombro y otras en las que no alcanza su cometido de transmitir el peligro que sería la nación más poderosa del mundo vuelta contra sí misma.

Actuaciones al pie de cañón 

Imagen recuperada vía Koimoi.

Lo primero que debemos resaltar es que todas y cada una de las actuaciones dan todo lo que deben dar. Destacando primeramente a Kirsten Dunst siendo la que mejor papel desempeña en la totalidad de la cinta. Sin embargo, quién absolutamente se roba la película es su esposo en la vida real, Jesse Plemons; si fue un desgraciado en Breaking Bad, no tienen una idea de lo bastardo que es en su única escena y la mejor de toda el largometraje. Voy a destacar también a Stephen McKinley como Sammy, ya que, en conjunto con la escritura de Garland, su actuación nos trae al personaje más entrañable de ver en la pantalla.

Ahora Cailee Spaeney, quien deslumbró en Priscilla de la mano de Sofia Coppola, prueba que puede ser una gran actriz en diferentes géneros, siendo esta ya su segunda colaboración con Garland, la primera siendo en la serie Devs. A través de su personaje Jessie conocemos y nos incursionamos más en este conflicto. La vemos aprender a ser una fotoperiodista de guerra junto a su heroína, el personaje de Dunst, y vivir en carne propia lo que es una guerra y que no es simplemente ir a tomar fotos y nada más.

Visual y auditivamente visceral 

Imagen recuperada vía The Independent

Al tratarse de un país en guerra, de la nación más poderosa del mundo y que más ama las armas, Garland y su equipo de diseño de sonido quisieron que los disparos sonarán más fuerte de lo habitual. Esto ayudó no solo a una inmersión más profunda, sino también a distinguirse de todas las demás cintas con balazos, que vaya que son muchas.

Lo que ha destacado a Alex, como guionista y director, es encontrar pequeños respiros de tranquilidad entre el dolor; en esta cinta nos ofrece también eso. Hay una escena en la carretera con el fuego que es una absoluta belleza y que encapsula mucho sobre lo que la película quiere decir y mostrar. Es muy notorio y digno de reconocer que Garland tiene un gran ojo para la construcción de esas escenas.

El punto de quiebre

Imagen recuperada vía ArtStation.

Ahora, dejando ya lo plenamente obvio y libre de controversia, va el punto más ambivalente de la cinta. Aquí se decide si este filme te va a gustar o no. Toca hablar de lo que ha polarizado tanto a audiencias como a críticos; quizás no al grado de tener su propia guerra civil entre ellos, pero vaya que ha sido el ojo del huracán con respecto a esta producción.

Si bien el largometraje es una mezcla entre roadtrip y antiguerra, su línea argumental se centra totalmente en los periodistas y en su misión de llegar a D.C. Como todo buen periodista, la cinta le sigue la pauta y se mantiene imparcial, esto quiere decir que la propia película no nos da un héroe o un villano, lo cual resulta agobiante en unos ámbitos y excelso en otros.

Retomando la escena de Plemons que mencioné anteriormente, juntando otros aspectos como el hecho que los propios uniformes de ambos bandos son prácticamente idénticos e indistinguibles el uno del otro, así como no tenemos ni idea de por qué se desató la guerra, logran aterrizar que dentro de los propios bandos hay extremos y que tras estos extremos hay personas que aprovechan estos movimientos para mostrar su verdadera cara. Aquí es donde este recurso es mejor aprovechado, se expresa mejor en pequeñas viñetas, y si fuera una historia diferente quizás eso haría de la cinta una con un peso narrativo poderosísimo. Pero cuando es la historia de cómo Estados Unidos se está devorando a sí mismo, es imperativo que se muestre la escala y el peso de este conflicto para que el producto final termine creando esta sensación de que no hay una convicción presente detrás de todo este argumento.

Arma de doble filo 

Imagen recuperada vía FilaSiete.

Algunos llegan a percibir este aspecto como negligente para con la trama y otros la ven como una innovación en el género de películas bélicas. No es como que el filme esté mal escrito, se nota a leguas que esto fue totalmente intencional por parte de Garland, pero esto provoca una indecisa elección de tono. Es muy notorio en sus escenas de batalla, ya que por ejemplo en Washington se nota la artillería, en otras instancias no se siente que haya una guerra, a veces se siente más como un episodio de Last of Us pero sin los zombis, y con muchísima menos sangre. Si bien tiene una clasificación C, realmente es aprovecha ocasiones contadas e incluso olvida que la tiene.

El mayor defecto que posee la cinta es su tibieza y una cierta dificultad en mantener el tono ya establecido. En esa tibieza no encuentra cuando ser explícito y cuando ser sutil. Quiere mostrar los horrores de una guerra interna en Estados Unidos, pero no los muestra en su expresión completa. Una cinta que maneja mejor estos temas es Children of Men, tanto en construcción del mundo como de explicitud, distopía y sobre todo el final.

En síntesis, Civil War pudo lograr mucho más con su propuesta, pero al final terminó por ser solo una guerrilla entre personas. Por ningún motivo es una mala película y con todo gustó aún la recomiendo a aquellos que quieran ver por sí mismos que tal. El filme está disponible en salas tanto doblada como subtitulada en cualquier horario que se acomode y con alta opcionalidad de salas. Por su lectura y su amor al cine les doy las gracias, nos vemos en el cine.