Se acerca el mes de Julio y como cada año, además de recibir el séptimo mes, funge como una oportunidad para recordar al artista latino con más ventas de toda la historia. Estamos hablando del homónimo Julio Iglesias, uno de los cantautores con mayor reconocimiento en los últimos tiempos, con una carrera iniciada en 1968. Es el único acreedor al «Disco de Diamante» de Guinness World Records, por vender más de 100 millones de copias en múltiples idiomas.

Ha vivido una vida llena de episodios memorables para el cantante, productor, escritor y empresario, hasta entre los que se encuentran una estadía con el Real Madrid. Te contamos esto y mucho más a continuación.

Los «Momentos» de la vida de Julio Iglesias

De nombre Juan José Julio Iglesias, nació en 1943, en Madrid, España. Su primera pasión no fue la música, sino el fútbol. Al ser originario de la capital ibérica, sintió gran pasión por los colores merengues. En su juventud, tuvo la oportunidad de ser parte de las filiales del Real Madrid jugando como portero. Después de un tiempo en el Real Madrid B, se le otorgó una plaza del primer equipo, en la cual fungió como portero suplente hasta 1962.

Su carrera bajo los tres palos lucía prometedora en el equipo liderado por Santiago Bernabéu. Pero a causa de un aparatoso accidente que puso en predicamento hasta su caminar, tuvo que dejar el sueño de ser futbolista. Este percance automovilístico hizo que perdiera la movilidad de sus piernas por más de un año.

De Notigram

A la par, de su preparación como futbolista, Julio estudió derecho, pero detuvo sus estudios para concluirlos décadas después. Se tuvo que retirar forzosamente del juego y en su etapa de recuperación encontró en la poesía y en la música un escape y su nueva pasión.

Antes de cantar, Julio se enfocó en la composición de canciones, hasta que fue convencido de aventurarse en la interpretación de las mismas. En 1968 se presentó en su primer festival, el de Benidorm; en el cual salió triunfante con el sencillo «La vida sigue igual».

Debido a que durante una parte de su vida vivió en Londres, Inglaterra, su carrera se vio definida por dos factores. El primero, que gracias a que conoció a una mujer de nombre «Gwendolyne» de la cual se enamoró, creó uno de sus operas primas del mismo nombre. Con el que participó en el afamado concurso de Eurovisión y que tiene versiones en cuatro idiomas.

El segundo y más importante, es que atribuido a su dominio del idioma pudo incursionar en la escritura e interpretación en temas en inglés, lo cual hizo que su popularidad creciera no solo en países latinos.

La consolidación del «Sentimental»

Para iniciar la década de los 70, logra una marca inédita al dar 41 conciertos en 41 diferentes lugares en solo un mes. Aunado, a que en esta época también logró vender su primer millón de álbumes. Su legado fue creciendo de manera acelerada en Europa y en América. Para 1975, habiendo sacado su disco dedicado a nuestro país «A México», llega su tercer hijo, Enrique Iglesias, famoso cantautor de la actualidad.

Durante estos años su expansión al mundo se exponenció, al estrenar discos y sencillos en español, alemán, francés, italiano, hasta japonés, entre otros idiomas.

Entre 1978 y 1982, saca cuatro de sus discos más exitosos y emblemáticos de toda su carrera: «Emociones», «¡Hey!», «Sentimental» y «Momentos». Fue un momento cumbre en su trayecto en el mundo musical. Tuvo la oportunidad de cantar con nombre de la talla de: Stevie Wonder, José José, Diana Ross, Willie Nelson, Paul Anka, Rocío Dúrcal y Frank Sinatra.

Julio continuó con su exitosa carrera, hasta convertirse en un ícono no solo en la música, sino en la cultura popular. En toda su carrera recibió siete nominaciones al Grammy y lo ganó en dos ocasiones. Hasta la fecha, ha estrenado 67 discos y más de 200 sencillos.

Además de contar con el récord de ser el único artista en la historia con un «Disco de Diamante», es por mucho el cantante latino con más ventas hasta el día de hoy, aunado a los más de 2600 discos de platino y de oro. Sus últimos discos, sacados en 2015 y 2017, han sido dedicados a México. «Los buenos quedan los demás se van».