El actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se encuentra bajo la lupa de una investigación de impeachment en la Cámara de Representantes.

Los resultados de la indagación se llevarán a juicio donde, de encontrar pruebas suficientes, tanto el Congreso como el Senado votarán para destituir al mandatario de su cargo. Dicho proceso empieza el 28 de septiembre, fecha asignada para la primera audiencia frente al Comité de Supervisión y Responsabilidad de la Cámara, principal comité de investigación del poder legislativo.

¿Qué es un impeachment?

Según la legislación estadounidense, las Cámaras tienen la facultad de remover al dirigente del poder ejecutivo si se determina que este perpetuó actos de traición, corrupción o crímenes de primer grado.

Esta medida, comúnmente llamada impeachment, sólo se ha realizado cuatro veces en la historia de la nación norteamericana. Las últimas dos en contra del gobernante pasado Donald Trump. Sin embargo, en ninguna de las ocasiones se concretó la remoción del presidente en turno.

Foto: Brendan Smialowski, via Getty Images

Tras meses de indagación infructuosa por parte del Partido Republicano, el martes pasado el senador Kevin McCarthy actual presidente de la Cámara presentó una petición oficial para investigar a Joe Biden.

McCarthy denunció al presidente demócrata de aprovecharse personalmente de su cargo público. También manifestó su intención de llevar a cabo un caso de impeachment. A pesar de que no se votó para respaldar la apertura del caso el proceso sigue adelante según el protocolo.

El caso de Joe Biden

La acusación se centra en los presuntos actos de corrupción realizados por Hunter Biden entre 2009 y 2015 de los cuales se benefició su padre, Joe, el entonces vicepresidente. Esta imputación fue previamente investigada por el Senado durante 2020, sin embargo no se encontraron evidencias precisas que respaldaran las acusaciones. 

Debido a esto, mencionando la falta de acusaciones relacionadas a su actual mandato, diversos representantes demócratas denuncian los fines ulteriores del partido opositor: desprestigiar a Biden frente a las elecciones presidenciales de 2024. En cambio, los republicanos reclaman que la única manera de conseguir información respecto a los actos del mandatario es mediante un caso de destitución.