Los inicios del pozole datan aproximadamente de 10 mil años cuando los pueblos mesoamericanos lograron domesticar el maíz, el cual tomó un valor simbólico para nuestra cultura, ya que se consideraba un regalo de los dioses y una fuente de vida. Desde entonces, nuestros antepasados comenzaron a consumirlo en ocasiones especiales, ya fuera en el nacimiento de un niño, el inicio de la temporada de siembra al finalizar la cosecha o en las ceremonias religiosas.

El nombre de este platillo proviene del náhuatl «pozolli» que se traduce como espumoso o hervido, esto debido a que los granos de maíz se cuecen hasta que se abren como flores.

Se cree que el pozole se realizaba como una ofrenda al dios Xipe Tótec considerado como el señor de la primavera, la fertilidad y la guerra.

Su evolución 

Se dice que la receta consistía en prepararlo con carne humana, la cual era proveniente de los guerreros enemigos que terminaban capturados y eran sacrificados a los dioses, aunque otras versiones aseguran que se usaba la carne de los xoloitzcuintle, un perro nativo de México.

A la llegada de los españoles esta receta comenzó a presentar cambios, el más relevante fue la carne que se empleaba en la preparación, la cual se sustituyó por carne de cerdo, pollo o pavo y se sumaron algunos condimentos como el orégano, el limón y el chile.

¿Qué ingredientes lleva? 

Aunque existen muchas versiones de pozole, verde, blanco y rojo cada región del país lo prepara diferente y a su gusto, lleva ingredientes que son indispensables para hacer esta receta.

El maíz cacahuazintle: 

Este es el maíz especial que se usa en el platillo, ya que tiene unos granos grandes y blancos que se abren como flores al cocerse. Este maíz se llama «jilotl» o «cuescomate» en náhuatl y es originario de México. Es tratado con cal para facilitar su cocción y mejorar su sabor.

La carne: 

La más común para el pozole es la de cerdo, pero se puede usar carne de pollo o pavo o incluso mariscos para una versión más ligera. 

Los chiles: 

Son los que le dan color y picor al pozole. El más usado es el chile guajillo, que tiene un color rojo intenso. También se puede usar chile ancho o chile de árbol, que es más picante. 

Los condimentos:

Se usan para sazonar el pozole y son el ajo, la cebolla, laurel, orégano, comino y pimienta. Estos le dan un toque de sabor y aroma al caldo y a la carne.

Los acompañamientos:

Los mismos se sirven con el pozole y son la lechuga, los rábanos, la cebolla picada, el aguacate, el chicharrón y las tostadas. No es obligatorio repartirlo con esto, pero le dan frescura, textura y contraste al plato. 

Como observamos actualmente el pozole nos ha acompañado a lo largo de nuestra historia y actualmente es un platillo muy popular que acompaña las reuniones y los festejos de los mexicanos.

¿Quién hace tu pozole favorito?