Crédito: guanajuato.net

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Son las 11 de la mañana y las calles del centro histórico de Guanajuato empiezan a verse más llenas, se levantan puestos que no habían estado antes para recibir a los turistas, nacionales y extranjeros que vienen a la clausura del festival.

Empezamos el recorrido en Plaza de la Paz, cerca de la Basílica, en donde varios puestos llaman la atención por los colores naranja y morado que saltan a la vista: son cinco espacios que ofrecen las típicas calaveritas de Día de Muertos. De azúcar y chocolate, chicas, medianas y grandes,  son colocadas junto a adornos tradicionales para los altares de esta celebración.

Seguimos caminando entre los callejones para encontrarnos a un señor que a través de un palo que parecía de madera, lograba crear la ilusión de estar flotando. A nuestro lado derecho, en un escenario, podemos ver a tres personas vestidas con atuendos tradicionales de alguna comunidad indígena del norte del país, tocando música con una especia de flauta de Pan, guitarra y tambores. Más adelante, una banda de rock en español ambientaba a la gente con temas originales, logrando interactuar con ellos con la famosa frase del Che Guevara “Hasta la victoria, siempre”.

Mientras pasan las horas parece que llega más gente, empieza el tráfico de automóviles, más puestos de ropa, zapatos, frutas, pulseras invaden las banquetas. Pero hay algo más que está ocasionando que la gente se detenga y reúna en grupos: los artistas callejeros y estatuas vivientes; dos payasos entretienen a un grupo de estudiantes mientras del otro lado están una calavera revolucionaria, con un sombrero de charro y una guitarra, unos trabajadores que dan la impresión  de estar cubiertos en tierra y el otro en una especie de metal como el oro. Gente de todas las edades se toma fotos con ellos.

Continuamos el recorrido y enfrente del Teatro Juárez, ambientando a las personas que están comiendo, se encuentra un saxofonista, que ha recorrido el centro histórico desde la mañana en diversos puntos. Tocando canciones como A mi manera, Cómo han pasado los años y Amor eterno espera que la gente aprecie lo que está haciendo y brinde algún tipo de aportación económica.

Como pueden darse cuenta, el Festival Cervantino, ha logrado traer un poco más de color a Guanajuato. La gente sigue llegando, los espectáculos en la calle siguen a la orden del día y a nosotros sólo nos queda esperar qué mas podremos toparnos.

Delia Bobadilla Alba