Una de las películas que había olvidado que llegaría a cines este año era Un lugar en silencio: Día Uno. No me malinterpreten, la primera entrega me fascinó en su momento y su secuela, aunque me dejó con un sabor agridulce, de igual manera fue de mi agrado. Entonces… ¿por qué esta precuela no llamaba mi atención?

Sinceramente desconozco las razones, pero aun así agradezco haber podido verla sin ver adelanto alguno, pues me ha parecido una cinta que vale mucho la pena, independientemente de si no has visto las demás entregas, y que se logra posicionar como una sorpresa en lo que va del año.

Todo pasa en Nueva York

Imagen recuperada vía Chilango.

Esta precuela nos sumerge de nuevo en este mundo con un tono obscuro, opresor y hasta claustrofóbico entregado bajo la nueva dirección de Michael Sarnoski, quien tomó el relevo después de los dos exitosos filmes de John Krasinski. Con un diseño de producción apocalíptico, esa devastación urbana recuerda a las imágenes de Nueva York durante y después del 11 de septiembre, en donde la población se encontraba desconcertada y no hay ruido alguno.

En este mundo conocemos a Samira, interpretada espectacularmente por Lupita Nyong’o, una mujer con una enfermedad terminal que después de la invasión alienígena tendrá que sobrevivir en esta ciudad mientras vemos los primeros efectos de la lucha contra esta fuerza.

Después conocemos a Eric, a cargo de Joseph Quinn y recordado por interpretar a Eddie Munson en Stranger Things. Joseph entrega una actuación realista, pues nos muestra cómo la mayoría de las personas reaccionarían a este evento apocalíptico. Además, en conjunto dan algunas de las escenas más emocionales de toda la franquicia que realmente nos hacen preocuparnos por estos nuevos personajes.

Horror a la medida 

Imagen recuperada vía Debate.

Un lugar en silencio es una película de horror ya icónica. No miento cuando digo que su atmósfera opresora, acompañada de su impecable diseño sonoro, provocó la exaltación en más de una ocasión no solo en mí, sino también en gran parte de la audiencia. Aunque la historia y la construcción del mundo de a veces pueden sentirse repetitivas, en esta ocasión no lo son ya que nos alejamos de lo construido por sus otras entregas para conseguir una historia original. 

Estamos ante quizás la mejor precuela de horror/terror desde Candyman de 2021 o Halloween del 2018. Es la rara película de una franquicia de horror que logra estar a la altura de la original. Incluso en términos de construcción básica, Día Uno se destaca entre la multitud. En particular, el cambio de localidad de la zona rural de los Apalaches a la Nueva York urbana ayuda a mantener la premisa fresca y a proporcionar un conjunto completamente nuevo de oportunidades para las escenas. El escenario de Manhattan es un gancho maravilloso; la idea de hacer que uno de los ambientes más ruidosos de la Tierra se vuelva silencioso es maravillosamente inquietante y desorientadora. 

Salvando al gato 

Imagen recuperada vía Fotogramas.

Uno de los aspectos más impresionantes de Un lugar en silencio: Día uno, es el hecho de que da espacio para dejar respirar a los personajes. El guion está construido de manera meticulosa y sigue sus ideas hasta su conclusión más lógica. Conservando la sensibilidad vista en Pig, Michael Sarnoski crea un retrato convincente de su tema.

Con un diagnóstico terminal, Sam está muerta antes de que la película siquiera comience. Mientras todos huyen a los puertos de ferry en el sur de la isla, ella se dirige al norte en busca de pizza. En muchos sentidos, la película sirve como un viaje a través del duelo, y no solo del duelo sino también de cómo seguir adelante pese a las adversidades, de cómo superar nuestros temores y crecer con nuestras experiencias.

La belleza del silencio 

Un lugar en silencio: Día uno es una película con mucho corazón. Es una cinta fotografiada meticulosamente en la que no se puede percibir la pantalla verde y los flares llenan de color dejando que las imágenes digan más que los diálogos.

No me queda más que recomendarla de forma violenta, ya sea en uno de los formatos especiales o en una sala de cine convencional, que esta es una de esas películas que no te puedes perder en el cine.