La fe de un hombre puede parecer irracional para otros. Sus dogmas e ideales, pueden llegar a ser catalogados como de absurdos, pero no por esto, dejan de ser una fuerza que, a lo largo de la historia, ha servido de motor para grandes hazañas. Mel Gibson, quien se autodefine como un ferviente católico, dirige una película donde muestra el poder de la fe en una de las circunstancias donde brota la peor versión de los hombres, la guerra.

La trama cuenta la verdadera historia del Sargento Desmond Doss, un objetor de conciencia dentro del Ejército estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial.

Imagen: IMDb

Su negativa a llevar un arma durante la ofensiva contra los japoneses, lo convirtió en un receptor de insultos, burlas y humillaciones por parte de sus compañeros de escuadrón. Conforme transcurre la película, Doss demuestra ser un hombre excepcional, que, arropado por una fe inquebrantable, buscará a toda costa salvar a sus compañeros de la muerte mientras batallan en la dura isla de Okinawa.

“No sé cómo voy a vivir conmigo mismo si no soy fiel a lo que creo”. Esta es la frase que resume a Doss, encarnado por Andrew Garfield.

Su actuación, sobresaliente en todos los sentidos, le ha valido una nominación al Óscar por mejor actor. Garfield logra interpretar un fenómeno mayoritariamente interno: la fe de una persona. Desde su tono de voz hasta la mirada de sus ojos, pasando por las escenas de acción, el actor norteamericano convence.  Los espectadores no pueden evitar sentir simpatía y ternura por ese hombre escuálido y de sonrisa permanente que no deja de arriesgar su vida por la de otros.

Imagen: IMDb

La fotografía y el sonido son dos aspectos de gran calidad en el filme y que han recibido su respectiva nominación al Premio de la Academia. Las batallas son una algarabía de balazos, explosiones, sangre y destrucción. El espectador se siente parte de la guerra, con toda su crudeza.

El apego a la realidad es uno de los puntos en los que  Mel Gibson decidió poner gran cuidado. Por un lado, esta apuesta narrativa ayuda a lograr la ambientación que el director quiso dar a su película, pero, debido a su crudeza, también puede llegar a herir las emociones de algunos espectadores.

La muerte se posiciona como un protagonista más, sin ningún tipo de censura. Al final, la película nos recuerda los horrores de la beligerancia.

Pero lo verdaderamente bello de este filme bélico es enseñar que, a pesar de la brutalidad del entorno, la persona siempre es capaz de demostrar lo mejor de sí. Desmond Doss es prueba de ello.

Su personaje, lleno de intensidad, da lecciones para luchar contra la individualidad, para ser coherente con nuestros ideales y, sobre todo, para ser valiente durante los momentos difíciles. Un gran homenaje para un hombre fuera de serie.

La película, que ya se encuentra en cartelera, ha recibido una crítica mayoritariamente positiva. En Rooten Tomatoes tiene 86 por ciento de reseñas positivas.

Santiago Díaz-Dopazo

Imagen: IMDb

Ficha técnica

Dirección: Mel Gibson

Guion: Andrew Knight y Robert Schenkkan

Música: Rupert Gregson

Reparto: Andrew Garfield, Sam Worthington, Luke Bracey, Hugo Weaving, Teresa Palmer