Una marea blanca cubrió Paseo de la Reforma.
Se formaba de miles de personas provenientes de toda la República Mexicana que participaron en la Gran Marcha Nacional convocada por el Frente Nacional por la Familia en defensa del matrimonio hombre-mujer.
Eran niños, jóvenes, adultos y ancianos; padres, hijos y nietos, familias completas vestidas de blanco que se dieron cita a las 12:00 horas en el Auditorio Nacional para marchar hacia el Ángel de la Independencia.
“La gente está saliendo a pedir que se cumpla con un derecho fundamental que es la protección del matrimonio y la familia tal y como lo establece la Declaración Universal de los Derechos Humanos”, explicó a DiarioUP Juan Dabdoub Giacoman, presidente del Consejo Mexicano de la Familia (ConFamilia), una de las organizaciones que convocaron al evento.
Algunos de los participantes eran habitantes de la Ciudad de México, pero muchos otros habían viajado cientos y hasta más de mil kilómetros para tomar parte en la marcha.
“Salimos ayer en la mañana, venimos llegando apenas. No hemos dormido, puro transporte. Hicimos 24 horas”, explicó René Valderrama, proveniente de Chihuahua, Chihuahua. “Estamos cansados, pero muy contentos por apoyar a la familia”.
De acuerdo con los organizadores, había contingentes de todos los estados de México.
Además de la defensa de la familia, basada en la unión de un hombre y una mujer, la marcha también buscaba proteger el derecho de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones y la libertad de expresión.
Entre los asistentes, quienes durante más de tres horas cantaron y gritaron consignas como “La familia unida jamás será vencida” y “No se metan con mis hijos”, había católicos, cristianos de diversas denominaciones y ateos.
Según el Gobierno de la Ciudad de México participaron 14 mil 500 personas; sin embargo, el Frente Nacional por las Familias calculó unas 400 mil.
“La convocatoria fue más exitosa de lo que se había previsto (gracias a la participación) de otros estados de la República”, explicó Omar Silva, jefe de seguridad y parte de la junta organizadora.
A las 13:30, cuando la punta de la marcha ya había arribado al Ángel, a las afueras del Auditorio Nacional se encontraban cientos de personas esperando el momento de iniciar su marcha hacia el Ángel. Entre los dos puntos, había un flujo continuo de personas vestidas de blanco que ocupaban, casi por completo, tres carriles de Reforma.
Pese a las declaraciones realizadas en semanas pasadas por miembros del colectivo LGBTTTI (lesbianas, gays, bisexuales, trasvestis, transexuales, transgénero e intersexuales) en las que calificaban a la Gran Marcha Nacional de homofóbica y discriminatoria, diversos manifestantes entrevistados negaron que este movimiento tuviera un espíritu antigay.
“No estamos en contra de nadie, solamente lo que defendemos es poder educar a nuestros hijos como queramos”, sostuvo Esther, cuyo camión había partido hoy a las 3:00 horas de León, Guanajuato.
“Cada quien es libre de hacer de su vida lo que quiera, tener la preferencia que quiera, pero sí sería muy difícil que nos impusieran una ideología”, añadió, en referencia a la ideología de género que niega que los seres humanos nacen con un género determinado: hombre o mujer.
La marcha terminó con la lectura de un manifiesto a la sombra del Ángel de la Independencia, en la que el Frente Nacional por la Familia pidió reunirse con el Presidente Enrique Peña Nieto y anunció la creación de un movimiento cívico permanente.
Dos horas antes de la Gran Marcha Nacional, a las 10:00 horas, el Frente Orgullo Nacional México a favor del matrimonio gay había realizado un mitin en el Ángel de la Independencia, para promover este tipo de uniones.
Patria Jiménez, vocera de este Frente, afirmó que habían participado unas mil personas, aunque estas representaban a millones.
Cecilia Sada
Dafne Aranda