El 1 de septiembre entró en funciones la LXVI Legislatura del Congreso de la Unión, votada el pasado 2 de junio en las elecciones federales. Los nuevos representantes del Poder Legislativo a nivel federal, es decir 500 diputados y 128 senadores quienes empezaron a trabajar de inmediato. La primera orden del día fue aprobar la reforma judicial.

A pesar del paro nacional de trabajadores judiciales y la marcha estudiantil en protesta, esta mañana los diputados aprobaron la reforma judicial. Esta permitiría modificar integralmente al tercer Poder, específicamente afectando a la Suprema Corte de Justicia de la Nación. De pasar el Senado, el art. 95 constitucional se modificaría permitiendo que los representantes máximos del Poder Judicial sean electos por voto popular. También se reduciría el número de ministros de 11 a 9.

Foto de Cuartoscuro

El documento también propone la desintegración del Consejo de la Judicatura Federal, órgano independiente que administra la judicatura y vigila la actuación de los jueces. En su lugar se crearía el Órgano de Administración Judicial y el Tribunal de Disciplina Judicial.

La aprobación de la reforma judicial no es particularmente sorprendente en una Cámara donde la mayoría calificada es menor a los 365 escaños obtenidos por Morena-PT-PVEM. Con el paso tan rápido de la reforma por la Cámara de Diputados, se contempla que esta llegue la siguiente semana al Pleno del Senado donde el oficialismo no cuenta con la mayoría necesaria.

Morena y aliados se quedaron a tres escaños de cumplir con la representación necesaria para pasar cualquier reforma, sin embargo aseguran ya haber conseguido dos votos de la oposición. Esto implicaría que están a un voto de aprobar la reforma judicial en fast track.