Este sábado en la mañana iniciaron oficialmente las actividades de Su Santidad el Papa Francisco en nuestro país. En punto de las nueve y media el pontífice se reunió en Palacio Nacional con el Presidente Enrique Peña Nieto, con quien homenajeó a ambos Estados y dirigió un mensaje al pueblo mexicano.

Sin duda alguna, el motor de esta visita es la Virgen de Guadalupe. “Hoy vengo como Misionero de Misericordia y de Paz, pero también como hijo,” remarcó el Papa, “que quiere rendir homenaje a su madre, la Virgen de Guadalupe, y dejarse mirar por ella (…) Me pongo bajo la mirada de María.”

La gente se congregó en el Zócalo capitalino, mientras las campanas de  la Catedral Metropolitana repicaban sin cesar por el primer representante de San Pedro originario de Latinoamérica. En el trayecto entre la Nunciatura y Palacio Nacional, el Papa, fiel a su espíritu humilde y defensor de la gente, rompió el protocolo en varias ocasiones para acercase y convivir directamente con sus fieles.

Durante el evento, el Papa y el Presidente presentaron sus respetos a las banderas del Vaticano y de nuestro país para posteriormente ofrecer discursos respecto a la colaboración de ambos poderes en la construcción de una sociedad mejor y más fuerte. También hubo oportunidad de mostrar al pontífice algunos de los tesoros históricos resguardados en el Palacio, así como los murales representativos que adornan el lugar.

La Comitiva del Presidente es presentada ante el Papa

La Comitiva del Presidente es presentada ante el Papa

Estamos ante una clara y sólida asociación del Estado mexicano con la Iglesia, proceso que ha ido evolucionando durante las últimas décadas y se corona en esta visita. Lejos han quedado los tiempos en que el enfrentamiento entre ambos lados era, literalmente, a muerte. Hoy las palabras del Presidente no tienen más que calidez y bienvenida: “Como Jefe de Estado, hoy en Palacio Nacional el gobierno de México reconoce con honor su investidura (…) Es la primera vez que el Sumo Pontífice es recibido en este recinto. Ello refleja la buena relación entre la Santa Sede y México.”

Hoy más que nunca, la fe católica y el Estado mexicano caminan de la mano.

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El Papa Francisco y Enrique Peña Nieto se funden en un abrazo

El Papa reconoció la grandeza de México, tanto en sus variados recursos naturales como en su capital humano. Realzó la diversidad étnica y cultural de nuestro país, así como su privilegiada ubicación geográfica. “La sabiduría ancestral que porta su multiculturalidad es, por lejos, uno de sus mayores recursos biográficos. Una identidad que fue aprendiendo a gestarse en la diversidad y, sin lugar a dudas, constituye un patrimonio rico a valorar, estimular, y cuidar.

Además, durante los últimos años la Iglesia ha colocado un gran tema sobre la mesa: el rol de la juventud  en la fe católica. Ha sido un reto atraer nuevamente a los más jóvenes, tras una época de fuerte desencanto y cuestionamientos. Sin embargo, desde ayer era evidente al transitar por las vallas en camino a la Nunciatura que eran precisamente los más jóvenes los que con más fervor se dedicaban a la espera y alabanza del pontífice.

Esto no pasó desapercibido ante el Papa Francisco. “La principal riqueza de México tiene rostro joven (…) Un pueblo con juventud es capaz de renovarse, transformarse, es una invitación a alzar con ilusión la mirada hacia el futuro,” afirmó el jefe de la Iglesia Católica durante su mensaje.

El Papa Francisco se dirige al pueblo mexicano

El Papa Francisco se dirige al pueblo mexicano

Se despidió entre alabanzas y aplausos, mientras unos más le pedían su bendición. Al terminar el evento en Palacio Nacional, el Papa Francisco se dirigió a la Catedral Metropolitana, donde hubo un encuentro con obispos y cardenales.

Es con este hincapié en la juventud, y un enérgico llamado a retomar la humildad sobre la cual se fundó la Iglesia, y sobre la cual descansan las responsabilidades de la humanidad, que el Misionero de Misericordia y de Paz empieza su labor en tierra mexicana.

Michelle López