Uno de los principales pilares de la comunicación de las casas de moda hoy en día son sus desfiles. La narrativa en la moda ha logrado convertirlos de exposiciones para los diseñadores en auténticos argumentos. Cada pasarela pretende transmitir una narrativa distinta y mostrar la dirección creativa que caracteriza a cada marca. Acompáñenos en este recorrido por la evolución de las pasarelas y la importancia de la historia en ellas.

Schiaparelli pone en jaque al minimalismo con su nueva colección couture |  Vogue
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Desde las primeras pasarelas…

Los primeros desfiles de moda tienen sus raíces a finales del siglo XIX, cuando se utilizaban modelos en lugar de maniquíes para mostrar los diseños de Charles Worth, considerado el padre de la alta costura. Con este cambio se inició una nueva era en la que la exhibición de prendas evolucionó hacia un proceso mucho más dinámico y cautivador. En aquel entonces, las presentaciones de moda eran eventos privados que se llevaban a cabo en los salones de los diseñadores y a los que solamente se podía acceder con invitación.

Una transición al espectáculo

Con el paso del tiempo, los desfiles de moda se convirtieron en sofisticados espectáculos sociales. Los pioneros de este cambio fueron diseñadores como Elsa Schiaparelli, Coco Chanel y Paul Poiret. Conocido por sus lujosos desfiles, Poiret aprovechaba estas ocasiones para crear una narrativa en la moda con historias que conmovían al público. Chanel priorizaba el refinamiento y la elegancia en sus presentaciones, mientras que Schiaparelli, con su estética surrealista, trabajaba con artistas como Salvador Dalí y convertía sus desfiles en auténticas producciones teatrales. Estas modificaciones reflejaban el creciente reconocimiento de la moda como una forma de arte cada vez más accesible y culturalmente significativa.

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De la Sala de Espera a la Pasarela

El debut en 1947 del famoso “New Look” de Christian Dior consolidó las pasarelas como lugares importantes para establecer tendencias en un escenario global. Las pasarelas dejaron de ser eventos exclusivos para convertirse en ocasiones muy publicitadas que atraían la atención de los medios de comunicación y de las masas. Las casas de moda empezaron a utilizar las pasarelas para construir narrativas cohesivas que no solamente exhibían sus colecciones, sino que también comunicaban la perspectiva artística de la marca como resultado de esta mayor visibilidad. Querían darse a conocer a través de ellas. Diseñadores como Hubert de Givenchy, Pierre Balmain e Yves Saint Laurent continuaron y mejoraron este legado, realzando el dramatismo y el impacto visual de la pasarela y elevando el estándar de lo que podía lograrse con un desfile de moda.

Los desfiles contemporáneos

Las pasarelas se han convertido en acontecimientos multisensoriales que pretenden cautivar a los espectadores, yendo mucho más allá de las simples exposiciones de ropa. Para dar vida a sus colecciones, los diseñadores elaboran historias visuales que se inspiran en numerosas influencias artísticas, arquitectónicas y cinematográficas. Ejemplos de este estilo son Alexander McQueen y John Galliano de Maison Margiela, que convierten sus presentaciones en pasarelas en creaciones artísticas que utilizan la música, la escenografía y actuaciones para transmitir historias envolventes.

Nuestra impresión de una colección se ve influida por su escenografía. La decoración del lugar es crucial para todo, desde pasarelas futuristas hasta recreaciones de entornos urbanos y naturales. Karl Lagerfeld, un maestro de esta técnica, creó famosos decorados de playa, mercados y estaciones espaciales que decoraban el Grand Palais de París mientras dirigió. Asimismo, el avance y la inclusión de tecnologías de vanguardia como el mapping, la realidad virtual, la inteligencia artificial y proyecciones en 3D han elevado las presentaciones de moda a un nivel completamente nuevo, al producir experiencias cautivadoras y deslumbrantes para el público.

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El teatro: narrativa en la moda

Los desfiles de moda se consideran ahora plataformas estratégicas en las que los diseñadores desarrollan y comparten historias visuales. Estás apoyan su identidad de marca, además de exponer sus diseños. En este contexto, la narrativa de la moda se convierte en un instrumento esencial que da a los diseñadores la capacidad de contar historias que van más allá del mundo de la moda y tienen una profunda relevancia cultural.

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La moda siempre ha triunfado por su capacidad de contar historias, desde las primeras pasarelas del siglo XX hasta las extravagantes presentaciones de hoy. En la actualidad, son algo más que lugares donde exponer prendas, son escenarios donde cada colección revela una historia. Crear relatos envolventes se ha vuelto esencial para captar la atención y forjar conexiones genuinas así como identificación de marca. En su forma más básica, la moda es una forma de arte que inspira, comunica y transforma, es precisamente esto lo que le da a la moda su potente resonancia cultural.