Para muchos el único acercamiento que hemos tenido con un editor o el trabajo de uno, es haber visto a Sandra Bullock en La Propuesta. Y siendo honestos, nos parece que es una vida bastante glamurosa, viajando a otros países para conseguir manuscritos, tomando café mientras se leen manuscritos, sin embargo, la realidad puede ser algo distinta.

A continuación te daremos una visión diferente de la habilidades, retos y trabajo que hace un editor. Una profesión que va más allá de leer cientos de páginas y corregirlas. 

Un editor no se la vive entre páginas

A pesar de que un editor literario trabaja directamente con autores y manuscritos, no se la pasa leyéndolos todo el día en la comodidad de un diván. La realidad es que entre la cantidad de reuniones diarias con los equipos de trabajo y los autores quedan muy poco tiempo para realmente leer, comenta David García Escamilla, editor de Penguin Random House. La frustración de no tener tiempo suficiente para leer es algo que David se tiene que enfrentar todos los días.

Además de las interminables juntas, García tiende a crear junto con los proyectos desde cero. Especialmente libros de no ficción, desarrollo humano, guías, manuales, psicoterapéuticos, etc. Durante la creación de estos títulos se vuelve complice con el autor o incluso ser parte de crear algo que no existía antes. Y el mayor orgullo que le puede pasar es entrar a una librería y ver un texto que se le ocurrió. 

Sin embargo, todo trabajo tiene sus frutos. En el caso de García, vino en forma de un pasajero que viajaba una mañana junto a él.

«Me sorprendió porque no se quitó el saco al abordar. Se moría de frío y venía desmañanado por quedarse leyendo de El Estratega de Cynthia Montgomery, Maestra de Harvard y que García había mandado traducir al español. Fue algo simple y tonto pero me llenó de emoción.» Explicó García Escamilla. 

La vida de un editor en el campo de batalla

Escamilla empezó su carrera como editor de notas periodísticas y el mundo de los libros le parecía reservado para gente extremadamente culta, con una ortografía impecable y exclusivo para los intelectuales, en pocas palabras era un mundo intimidante.

Sin embargo, desde su trabajo podía ver las oficinas de la editorial Santillana y acabó trabajando ahí como editor. En ese momento se dio cuenta de que es un lugar para diversas visiones y opiniones. Algo que sí se debe de tener, es un amor por la literatura a partir de eso te haces bueno ya que ayudas al autor y entiendes al lector.

No todo es miel sobre hojuelas a la hora de trabajar con los escritores. Muchas veces el ego de los autores se mete en las juntas y esto hace que se niegan a hacer las correcciones necesarias. Incluso hay algunos que piensan que por ser ellos merecen ser leídos, esos no tienen ningún proceso de disfrute a la hora de escribir, solo quieren fama.

El autor tiene derecho de cambiar su obra según su visión, García Escamilla siempre intenta hacer que el escritor este contento y solo hace notar algo si no le gusta; es respetar el manuscrito, al autor y sólo poner tu sabiduría y experiencia encima de la mesa. 

Del papel a las pantallas

A pesar de que muchas veces la película se queda corta en comparación al libro, se tiene que admitir que son una buena forma de invitar a las personas a leer. La mayoría de la gente no se acercaría a un libro de no ser porque amaron la película y les interesa conocer más a fondo los personajes o la trama.

Escamilla es también el encargado de la sección de derechos audiovisuales de Penguin Random House por lo que considera que la pantalla grande es la mejor manera para perderle el miedo a la literatura.

La literatura actualmente no está solo en la pantalla grande, también en la comodidad de nuestros celulares y tabletas. Aunque al principio tuvo cierto desprecio por los lectores, durante la pandemia ha sido la forma en la que las editoriales se han mantenido al flote.

Por medio de la venta de libros digitales, audiolibros y de libros en plataformas cómo Amazon, la pandemia no ha afectado tanto. Sobretodo teniendo en cuenta que aunque los puntos de venta físicos han ido reabriendo, aún no hay tanto tráfico en ellos. Estos formatos van en crecimiento, pero no esta masificado pues muchas personas, cómo nuestro entrevistado lo dice, prefieren las novelas en papel para llorarla, abrazarla y sentirla.

«Por cada 10 libros, uno es digital. No crece tanto la venta de este tipo de formatos como se quisiera. Lo que si es que hay que perderle el miedo a los libros digitales, en México no creció tanto pero en EUA aumento el 60 por ciento de la lectura digital.» Comentó Garcia Escamilla.

Lo necesario para ser un autor publicado 

Aunque una ortografía impecable ayuda bastante a la hora de querer ser publicado, García explica qué se debe de escribir el libro que uno desea leer. Este deseo auténtico, que viene de una catarsis o una necesidad de expresión, debe de venir con referencias e inspiración de otros autores y obras. Esto para corroborar que hay la calidad suficiente para ser publicado. No obstante durante el 2020, García Escamilla recibió 2 mil manuscritos, de los cuales se publica solamente el dos por ciento.

«Que sea un buen libro no siempre significa que vaya a ser publicado.»Agregó Escamilla.

A pesar de ello, el editor siempre recomienda que los escritores no se desanimen y sigan intentando. 

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El secreto mejor guardado del proceso editorial

Conforme se avanza en el proceso editorial, uno piensa que lo más importante es la publicidad del libro, las negociaciones con la imprenta, etc. Pero la realidad es que el secreto del proceso editorial no está escrito ni mencionado en ninguna parte. Esta es la comunidad del autor con su escritor, una mancuerna que puede generar una historia increíble. David lamenta a aquellos que no tengan este lazo, ya que el libro es la complicidad y la unión entre ellos.

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A pesar haber editado muchos textos durante su carrera, David García comentó que desearía poder volver a repetir uno de ellos. Pocos son los escritores mexicanos cuyas obras han sido traducidas a otros idiomas. Él lo ha logrado con libros de Laura Esquivel, traducido en 30 idiomas y con Cerdo Capitalista al italiano. Aunque en general esta muy satisfecho y agradecido con su trabajo, el poder ser un gran éxito en otro idioma sigue siendo un sueño suyo.

Puede que algunos deseen ser escritores, otros prefieran ser los editores o publicistas de las obras; pero lo importante es que si de verdad se desea entrar a este mundo, se debe de tener un libro en la mochila, en el librero, en la mesa de noche y en el corazón a todo momento.  

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