En el año del 2014 los Golden State Warriors iniciaban una nueva era, comandador por Steve Kerr, ex jugador de los Chicago Bulls. Nadie pensaría que gracias a él, y a los integrantes del equipo, lograrían llegar a cinco finales de la NBA.
Las expectativas de este equipo se veía en alto desde que el jugador Stephen Curry fue seleccionado para los en el año del 2009. Después llegaría Klay Thompson en el 2011, para dar una visión prometedora de los «Splash Brothers» y el inicio de la dinastía de este equipo.
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La NBA había tenido pocas victorias dignas de mostrar antes del año del 2015, pero justo llegarían dos equipos que gracias a su rivalidad, marcarían a toda una generación durante los siguientes cinco años: Cavaliers vs Warriors.
Estos dos equipos se verían las caras desde el 2015 hasta el 2018 en las que sus partidos cardíacos llamaron la atención del público en diversos niveles, tanto económico, nivel de juego, fama y carácter para sacar adelante a sus respectivas ciudades.
Golden State: un comienzo prometedor pero turbulento
Los Golden State Warriors fueron campeones en el año del 2015. Steve Kerr tenía una visión muy clara con sus jugadores base que era: Stephen Curry, Klay Thompson, Andre Iguodala y Draymon Green. Las luces del público y fanáticos se centraron en todos ellos.
Para el 2016, los Warriors rompieron el récord establecido por los Chicago Bulls de más partidos ganados durante una temporada. La cantidad de partidos en una temporada regular es de 82, los Bulls obtuvieron 72 en su época y los Warriors lograron 73 victorias. Lo más lógico de ese año era que ellos mantuvieran su puesto en alto y superar a «Su majestad» Michael Jordan. Sin embargo, nadie contaba con que los Cavaliers regresaran reforzados con Lebron James y Kyrie Irving.
Es importante mencionar, que las finales de la NBA se juega normalmente a ganar cuatro de siete partidos. Los de Golden State comenzaron demasiado flojos los encuentros permitiendo que los Cavs aumentaran su confianza a tal grado de empatar la franquicia e irse a un innecesario juego siete. Este es un partido inolvidable para todo fanático de ambos equipos, porque ni los triples de Curry o Thompson, o la defensa de Green, fueron suficientes para evitar que los Cavaliers ganaran, dejando en duda las capacidades del equipo que había roto el récord de los Bulls.
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La ayuda está en camino
En estos momentos de duda llega Kevin Durant, un jugador prodigio que venía del equipo Oklahoma. Durant promediaba mínimo 30 puntos por partido, siendo su máximo hasta 50 puntos. Aquí fue bien recibido por el equipo para que el equipo volviera a levantarse y así ganar dos finales seguidas en el año de 2017 y 2018, precisamente contra los Cavaliers. En esta época tenían un nivel de superioridad similar al que tuvieron los Chicago Bulls en los 90 gracias a Michael Jordan, Scottie Pippen e incluso el mismo Steve Kerr.
Este equipo en particular, se posicionó como una de las franquicias más ganadoras con seis torneos ganados, al igual que los Bulls.
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La decadencia del equipo: Todo lo que sube, puede bajar
Entonces, ¿qué llevó a los este equipo a perder las finales del 2019 y terminar en el último lugar de la tabla de la conferencia del Oeste para el año del 2020? Fueron muchos factores. El principal: las lesiones.
Para las finales del 2019, se enfrentaban a los Toronto Raptors, este equipo proviene de Canadá y es el primer equipo no perteneciente a los Estados Unidos que llegaba a las finales de la NBA. En este equipo tenían a varios jugadores prometedores como: Kawhi Leonard o Pascal Siakam. Los Warriors estaban en serios problemas porque sus jugadores base estaban seriamente lesionados, como: Durant, Iguodala, Shaun Livingston, entre otros. Klay Thompson llegó intacto a las finales; sin embargo, una terrible caída le causó una ruptura de ligamento cruzado en la rodilla izquierda, a mitad de un punto clave del juego seis, en el que Toronto llevaba la ventaja 3 juegos a 2.
La solución era mantener lo mejor posible el partido y culminar todo en un juego siete. Pero el destino hizo una mala jugada y los Warriors perdieron en uno de los momentos más tensos que se hayan visto en una final de la NBA.
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Campeones en la memoria de los fanáticos
Después de eso, el equipo se deshizo. Varios tomaron caminos separados y las lesiones siguieron siendo presentes, como la ruptura de la mano izquierda de Stephen Curry.
Actualmente, los Golden State Warriors son un equipo totalmente distinto de aquel que hizo vibrar al mundo del 2015 al 2019, pero siguen existiendo sus victorias en el corazón de cada uno de los fanáticos que los siguieron desde que rompieron el récord en el 2016 o cuando Thompson y Curry reventaban con triples el marcador en cada uno de los partidos.
Puede que hayan quedado fuera de la nueva modalidad que propuso la NBA a causa de la pandemia, pero siguen siendo los campeones en el espíritu de sus seguidores.
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