Con una camisa azul y una sonrisa amigable, Leonardo Estrada platicó acerca de su trayectoria que lo llevó a fundar su propia aplicación. La conversación tuvo lugar dentro de su alma mater: la Universidad Panamericana, de la que se graduó de Ingeniería Industrial.

Su comienzo es más que interesante, Leonardo fue alguien que entró a la universidad con una mente completamente diferente. En ese momento solo estaba concentrado en ganar campeonatos de Texas Hold´em, tanto así que en 2012 fue campeón de México y pensaba que su carrera estaba destinada a vivir en Las Vegas y tener una vida alocada. Pero ese sueño nunca se cumplió, se dio cuenta que no era realmente él quien buscaba ese sueño.

Él se visualizaba como una persona que quería dejar huella en Latinoamérica. Su verdadero sueño era ambicioso: ayudar a personas desfavorecidas para que tuvieran las mismas oportunidades. En su visión todos deberían tener la oportunidad de lograr sus sueños sin que la clase social sea un impedimento.

Por otro lado, dijo que siempre estuvo peleado con la educación, pero afirma que la Universidad Panamericana lo hizo pensar diferente, fue ahí donde adoptó ciertas características que ha llevado a su profesión. Primero dijo que la forma diferente de pensar es lo valioso y que se complementa con grandes valores humanos.

Además, en su estancia en la UP desarrolló habilidades de análisis que lo han hecho ver múltiples soluciones para llevar los procesos adecuados. Por otra parte, hubo una frase de Antonio Castro que se le quedaría tatuada en su ser personal y profesional: busca siempre el cómo sí.

Su camino profesional

Leonardo Estrada comenzó su trayectoria profesional en lo que define como una “súper escuela” que le brindo las bases necesarias, llamada Procter & Gamble. Ahí entró como becario para después continuar otros seis años.

“Estuvo muy interesante, pero me di cuenta que el mundo tradicional no era para mí. Me di cuenta que yo quería hacer cosas innovadoras, cosas que revolucionaran al mundo. Ojo, no tiene nada de malo trabajar en una empresa tradicional, es solo que no era tanto mi línea”, comentó en la entrevista que tuvimos con él.

Sin duda él necesitaba más pasión, por lo que decidió aplicar a tres diferentes compañías, todas enfocadas en su gusto particular: la tecnología. Entonces, Uber fue quien lo eligió.

Ahí conoció a alguien peculiar que se preocupaba honestamente por el desarrollo de su gente, ese alguien que Leonardo define como un rockstar, hermano y el mejor jefe que ha tenido en la vida. Ese hombre es Alejandro Chouza, actual Vicepresidente de operaciones de OYO.

Su pasión en Uber era tan grande que tenía varios roles al mismo tiempo; operation manager, community operations, creador de modelos financieros y también estaba en la parte de engagement. Pero en el transcurso de los dos años que pasó en esta empresa decidió tomar otro reto y llegó a Mobike.

Sin familia y sin amigos, migró a Chile desde cero. Y con mucha esperanza y energía lanzó el sistema de bicicletas y transportes como general manager. Por la mañana era el gerente general de Mobike y por la noche escuchaba juntas de colegas que se la pasaban recorriendo el mundo.

Al pasar el tiempo su aventura evolucionó y regresó a la CDMX para trabajar con Lime como head de business development de Latinoamérica. El motivo de esto era el deseo de continuar con esa motivación que lo hace disfrutar su vida, esos días donde la pasión lo impulsa a levantarse a las seis de la mañana para concretar planes, hacer estrategias y ejecutar lo preparado.

 Pero en el transcurso de esos años, Leonardo se dio cuenta que en todas las compañías había un reto en común; los payments, sí, la forma de pago.

“El total addressable market que una compañía extranjera puede llegar a tener en Latinoamérica se reduce para la cantidad de personas que puedan estar teniendo una tarjeta de crédito o de débito. Y eso para mí es injusto por dos razones: primeramente, estas dejando fuera a una población que debería tener acceso a mejores servicios y, por otro lado, tienes a los bancos que están haciendo una cantidad de dinero impresionante porque te cobran por todo, es una locura”, comentó. 

Esa reflexión lo llevó a alinear dos tipos de problemas u oportunidades gigantescas.

“No hay una opción ideal para la señora que vende chilaquiles, ni tampoco para los universitarios. Además, los bancos están teniendo productos financieros que no se adaptan a la realidad latinoamericana. Justo por eso nació Cash. Pero esa es la respuesta más técnica…”, afirmó. 

El verdadero origen de Cash

Leonardo un día fue a comprar unos esquites para su novia. Al llegar se dio cuenta que no traía efectivo. Fue al cajero y retiró la cantidad mínima que se le otorgaba: 100 pesos. Fue al Oxxo a cambiar el billete. Regresó a los esquites y ya se habían acabado. Su novia se quedó sin esquites y él casi se queda sin novia. Para él fue una locura no poder pagar simplemente con su celular.

Su inquietud lo llevó a pensar en una solución para ese tipo de problemas. Acto seguido, decidió viajar a China y su vida cambió. Ahí se dio cuenta que con WeChat Pay podía comprar lo que sea, en donde sea, sin la necesidad de entender chino y tener una tarjeta de crédito.

“Parecía el 2050, y aquí en México la tecnología está lista para generar este tipo de disrupciones, lo único que tienes que hacer es pensar como latinoamericano”, indicó.

Así fue la versión romántica del nacimiento de su proyecto. Cabe destacar que Cash tiene tres fundadores, un colombiano, un ecuatoriano y Leonardo Estrada. Este trio nació a raíz de una plática que tuvo Leonardo con Chouza, donde le comentó que también había un colombiano y un ecuatoriano que estaban trabajando en una idea similar, entonces los conectó y en la llamada hubo entendimiento desde el día uno, el 18 de julio del 2019.

Después de tres meses la app ya estaba lista, aunque el primer mes solo eran tres personas atendiendo todas las tareas. Pero durante ese trayecto, se formó el equipo en México que actualmente se compone con un aproximado de 20 personas.

Cuando decidieron lanzar la aplicación y presentarle la idea a Antonio Castro, Director Adjunto a la Rectoría del Campus México de la Universidad Panamericana y persona que le ayudaba a poner los pies en la tierra. Él acepto que la UP fuera la primera universidad en Latinoamérica con esta implementación. La meta era tener 200 estudiantes en la aplicación para 2019.

El primer usuario pensaba que Leonardo estaba loco por querer sus datos, pero él le contestó: “eres como la primera persona que descargó Facebook”. De ahí todo fue para arriba. Un mes después 2 mil estudiantes ya estaban en la app.

Compromiso y Confianza

Leonardo tiene muy en claro el compromiso de generar confianza en los usuarios. Por este motivo, se enfoca en la seguridad de los comercios informales, ya que cargar el efectivo de todos los días significa un riesgo. Además, busca ampliar la cartera de clientes en ese sector. Ahora cualquier comerciante puede mandar su código de promoción a todos y antes tenía que pagar por un comercial carísimo.

Por otro lado, se enfoca en la practicidad para los usuarios. En estos tiempos todo es tan fácil como dar unos clicks para mandar y recibir dinero. De igual forma, atiende y adapta las necesidades financieras de la cultura latinoamericana.

Una de las metas dentro de la compañía es no fallarle a ningún usuario.

“Si a mí me toca levantar el teléfono y hablar con un usuario te juro que lo vamos a hacer. Yo te diría que es evidentemente difícil bajar una app y que tu dinero este pasando por ahí, pero eso es menos riesgoso que recibir un billete falso o menos riesgoso que sacar tu tarjeta y dársela al mesero y que te la entregue después y quedarte preocupado por si te la clonaron o no. Además, dentro de la app escuchamos a los usuarios. Si hay algo que les preocupa nos encargamos de resolver el problema”, aclaró Leonardo,. 

Asimismo, afirmó que en México no hay una forma confiable y eficiente de mandar dinero. Pero Cash es justo eso: confiable y eficiente.

Por último, Leonardo Estrada recomendó un libro sobre la disrupción en China, llamado Artificial Intelligence, el cual lo ha leído más de dos veces y le ha dado un panorama concreto sobre el presente y futuro de la tecnología.

Por último, expresó palabras para la comunidad desde su perspectiva innovadora.

“Sean abiertos a la disrupción para no quedar fuera. El mundo económico va a cambiar. Empiecen a pensar diferente. La tarjeta es algo que se inventó en 1950 y no ha tenido una innovación. Y justamente nosotros estamos luchando para conseguir esa innovación”, cerró el emprendedor.