En la tienda de Sarah Freeman, en el corazón comercial de Sídney, no se compra ropa nueva, se toma prestada pagando una cuota mensual. Se trata de un acto militante para decir no al “fast fashion” y a los estragos medioambientales que provoca la sociedad de consumo.

Sorprendida por la rapidez con la que sus compatriotas compran y tiran ropa de “mala calidad” (a veces sin siquiera habérselos puesto una vez), Sarah Freeman tuvo la idea de importar al mundo de la moda el concepto del préstamo y crear una “Clothes Library”, una “biblioteca de ropa”.

“Hoy, llevamos las prendas de ropa como si fueran preservativos”, denuncia esta amante de la ropa “vintage” en su tienda Potts Point. “La llevamos una vez y la tiramos”.

moda, ropa, reciclaje

Reciclaje de ropa en Sídney
Cortesía AFP

Entre 2000 y 2014, la producción mundial de ropa se duplicó y el número de prendas compradas cada año por los consumidores aumentó un 60 por ciento, según el gabinete McKinsey & Company.

Esta tendencia es impulsada por el “fast fashion”, la moda acelerada, muy barata, que renueva constantemente sus colecciones. Su modo de consumo implica que las prendas que se presentan en los desfiles pasan en cuestión de días a los estantes, a precios bajos, y son fácilmente accesibles por internet.

Un modelo que cuenta entre sus máximos exponentes a marcas mundiales como H&M o Zara, encontrando en Australia unos de sus mercados más dinámicos.

Sociedad insaciable

 

Según el gabinete IBISWorld, el sector del “fast fashion” registró un crecimiento del 19.5 por ciento en los últimos cinco años en Australia, donde la demanda de prendas de ropa per cápita es de las más altas del mundo.

Un reciente sondeo de YouGov indica que casi un cuarto de los australianos había tirado una prenda que había llevado una sola vez. 

“La mentalidad, desde el principio, es que no son productos de valor que merezcan ser conservados en el armario”, explica Alison Gwilt, una experta en cuestiones de moda sostenible de la Universidad de Australia Meridional.

En la Universidad Deakin de Melbourne, los investigadores recibieron ayuda del gigante H&M para desarrollar telas que permitan reutilizar viejos jeans en la elaboración  de nuevos.

Y cada vez más fabricantes promueven las fibras naturales, teniendo en cuenta que Australia es un gran productor de lana y algodón, asegura David Giles-Kaye, director general del Australian Fashion Council, un organismo que promociona  la moda australiana.

moda, ropa

Clasificación de ropa en organización benéfica que recicla ropa en Sídney.
Cortesía AFP