Todos hemos usado alguna prenda de mezclilla en nuestra vida.Ya sea por su comodidad, estilo, versatilidad o simplemente porque se ha convertido en un básico de cualquier closet, la mezclilla se ha ganado un lugar permanente en nuestras vidas.

Además, este material textil ha logrado mantenerse reconocible a lo largo de los años y sigue vigente hasta nuestros días. No obstante, una de las cualidades que distingue a la mezclilla es su capacidad para generar significado y simbolismo en diferentes contextos.

Por lo tanto, es importante considerar la historia y la evolución de la mezclilla como un ‘significante’ cultural a lo largo del tiempo. Este material no solo ha cambiado en estilo y función; también ha adquirido diversos significados y simbolismos que reflejan distintos momentos y valores culturales.»

Origen

Imagen recuperada vía Forbes México.

La mezclilla tiene su origen en la ciudad de Nimes, Francia, alrededor del siglo XV. Los campesinos en las requerían un material textil resistente para evitar lesiones en la piel. Por consiguiente comenzaron a confeccionar una tela de algodón gruesa y resistente con el nombre de «serge de Nîmes».

Dicha tela comenzó a popularizarse en Europa, llegando a Italia gracias a los marineros de Génova. En ese país adquirió el nombre característico con el que la conocemos hoy: «jeans«.

En el siglo XIX, la mezclilla llegó a Estados Unidos. La fiebre del oro estaba en su apogeo en California, los obreros requerían de prendas indicadas para el trabajo minero y ferroviario.

Levi Strauss: La capitalización de la Mezclilla

En 1852, Levi Strauss, un inmigrante alemán, reconoció la necesidad de una prenda que pudiera aliviar las dolencias de los obreros y protegerlos en sus trabajos duros. En colaboración con Jacob Davis, creó el primer pantalón de mezclilla reforzado con remaches, creando el primer “blue jean” en el año de 1873. Aunque se le puede encasillar en el ámbito de la moda, también fue fundador y tesorero de la Junta de Comercio de San Francisco, además de director del Nevada Bank, la Liverpool, London and Globe Insurance Company y la San Francisco Gas and Electric Company. Reconocido por su espíritu filantrópico, donó a varios orfanatos, financió la construcción de un ferrocarril entre San Francisco y el Valle de San Joaquín, y aportó fondos para becas en la Universidad de California.

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Imagen recuperada de Fashiontong Post.

De las fábricas a la calle

Imagen recuperada via JeansTrack (James Dean y Marylin Monroe)

En las décadas de 1920 y 1930, los jeans comenzaron a ganar popularidad, especialmente en Estados Unidos, gracias a actores y actrices de Hollywood como Gary Cooper, Ginger Rogers y John Wayne. Estos íconos del cine adoptaron la prenda en pantalla, y Vogue la bautizó como «Western chic». Este estilo, asociado con la estética del oeste estadounidense, comenzó a gestarse en la moda ya integrarse en la sociedad como símbolo de rebeldía y estilo.

A partir de los años 50’s y 60’s, la juventud adoptó un carácter rebelde. El uso de la mezclilla se convirtió en un símbolo de “salir de la norma” o de ser un “chico malo”. Estos arquetipos se popularizaron con el despertar juvenil y gracias a la influencia de la industria cinematográfica. Íconos como James Dean, Marlon Brando, símbolos de la rebeldía juvenil, asociaron los jeans con su estilo de vida, convirtiéndolos en una prenda emblemática de la juventud desafiante de la época. Auqnue también figuras como Marylin Monroe difundieron el uso de mezclilla fuera de las fábricas, optando por un uso cotidiano.

En los años 70, la mezclilla alcanzó un carácter universal, sin distinción de raza o género. Esta prenda se encontraba en las calles y círculos sociales de todas las clases. Grupos como ABBA y artistas como Kenny Rogers popularizaron esta nueva forma de vestir en la sociedad

Iamgen recuperada de 20minutos (Miembros de ABBA luciendo la mezclilla ante la cámara).

Durante la década de los 80, el denim se consolidó como un ícono de moda de la mano de grandes casas de diseño como Yves Saint Laurent y Kenzo. Estas marcas reinterpretaron el material, agregándole sofisticación y adaptándolo a la alta costura, convirtiéndolo en símbolo de unidad y empoderamiento. A través de sus diseños, lograron transformar un simple par de pantalones en un objeto de deseo, demostrando la versatilidad del denim y su capacidad de adaptarse a las tendencias de la época sin perder su esencia.

Jeans «rotos»

La tendencia de los pantalones rotos surgió en la década de los ochenta, cuando empezaron a aparecer diseños con roturas por debajo de la rodilla. Esta moda no era accesible para todos, ya que en esos años la ropa debía ser y duradera

Emmanuel Castillo, experto en moda y colaborador de Sale el Sol en Imagen Televisión, comentó que la tendencia de modificar una prenda que, para ese momento, ya estaba consolidada como una “prenda esencial” marcó un cambio significativo en el mundo de la moda. Comenta:

«La moda regresa pero no igual, es el nuevo kit de los 90  con ese espíritu libre de no parecerse a los demás, pero al extremo. La idea es hacerlos más rotos y ahora lo que en algún momento parecía rebeldía, es ya democrático y por eso se empieza a poner en tendencia«

«“En los 80  es cuando ya nadie puede vivir sin esta prenda y viene la tendencia tan fuerte de la industria de la mezclilla que llega con modificaciones”,

El estilo desalineado resurgió como una forma de rebeldía contra lo establecido, reflejando de alguna manera una nueva ramificación de las tendencias que marcaban a la generación de los 90.

Imagen recuperada vía GQ Mexico.

Algunas recomendaciones por parte de Emmanuel Castillo son las siguientes:

  •  Si tienes entre  20 a 25, puedes usar los jeans rotos, una playera con un blazer  y zapato de vestir.
  • En chicas, una playera blanca, una chamarra de piel y zapato de tacón.
  • Lo que no se debe hacer es tratarlos de pasar como algo formal ni llevarlos a protocolos serios.
  • Se vale utilizarlos en cualquier época del año, pero para invierno se tendrá una pequeña modificación que va a estar en la parte de abajo  un parche.
  • Puede ser un súper look con un aire más fresco,  pero hay que evitar caer en el riesgo de que a fuerza se busque aparentar una edad que no se tiene.