¡Álvaro es beato! Con la participación de cerca de 200 mil fieles provenientes de más de 80 países –entre los que se encuentra México, con 3 mil 175 personas inscritas–, monseñor Álvaro del Portillo fue beatificado el día de hoy en una misa que tuvo lugar en su ciudad natal, Madrid, y que fue presidida por el cardenal Angelo Amato, en compañía del cardenal Antonio María Rouco, arzobispo emérito de Madrid, y del obispo prelado del Opus Dei, Javier Echevarría.

Foto: Carmen Quintanilla

Foto: Carmen Quintanilla

La ceremonia inició en el parque de Valdebebas a las 12:00, pocos minutos después fue leída la carta del papa Francisco a Javier Echevarría con motivo de la beatificación de don Álvaro. En la carta el santo padre resaltó la existencia de don Álvaro centrada en Dios y en el servicio a los demás.

Me gusta recordar, dijo, la jaculatoria (breve oración) que el siervo de Dios (Álvaro) solía repetir con frecuencia: «gracias, perdón, ayúdame más». «El beato Álvaro del Portillo nos envía un mensaje muy claro, nos dice que nos fiemos del Señor, que él es nuestro hermano, nuestro amigo que nunca nos defrauda y que siempre está a nuestro lado… (don Álvaro) nos enseña además que en la sencillez y cotidianidad de nuestra vida podemos encontrar un camino seguro de santidad».

El rito de la beatificación comenzó cuando Javier Echevarría se acercó con el postulador a la sede del cardenal Amato para pedir que se procediera a la beatificación de don Álvaro.

Se hizo la lectura de algunas notas biográficas y, en latín, el cardenal Angelo Amato pronunció la fórmula de beatificación:

«Nos, acogiendo el deseo de nuestro hermano el cardenal de la santa iglesia romana Agostino Vallini, nuestro vicario general para la diócesis de Roma, y de Javier Echevarría Rodríguez, obispo titular de Cilibia, prelado de la prelatura personal de la Santa Cruz y Opus Dei, así como de muchos otros hermanos en el episcopado y de numerosos fieles, después de haber obtenido el parecer de la Congregación de las Causas de los Santos, con nuestra autoridad apostólica concedemos que el venerable siervo de Dios Álvaro del Portillo y Diez de Sollano, prelado de la prelatura personal del Opus Dei, pastor según el corazón de Cristo, celoso ministro de la Iglesia, de ahora en adelante sea llamado beato, y se pueda celebrar cada año su festividad el 12 de mayo, en los lugares y según los modos establecidos por el derecho. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo».

La asamblea entonó entonces el canto de alabanza y se descubrió una imagen del nuevo beato, una serigrafía de seis metros de alto y cuatro de ancho ubicada a la derecha del altar.

José Ignacio, el niño del milagro, presentó las reliquias del beato al cardenal Amato antes de que el prelado del Opus Dei leyera la fórmula de agradecimiento.

El cardenal Angelo Amato dijo de don Álvaro durante la homilía que, como Jesús, conoce y ama a sus ovejas, conduce al redil a las que se pierden, venda las heridas de las enfermas y ofrece la vida por ellas. Destacó que fueron muchas las virtudes que el ahora beato vivió de modo heroico, además de la sintonía que tenía, apostólica y espiritual, con el fundador. «El beato Álvaro transmitía el buen olor de Cristo –bonus odor Christi–, que es el aroma de la auténtica santidad», dijo.

Finalmente, aseguró que fue la humildad la virtud que vivió especialmente de modo extraordinario. «Para él, como para san Agustín, la humildad era el hogar de la caridad».

Al termino de la celebración monseñor Javier Echevarría agradeció Dios, a la iglesia, a los papas Francisco y Benedicto XVI, así como a los cadenales Amato y Rouco, y a quienes colaboraron para que la ceremonia fuera posible. En sus palabras, «la elevación a los altares de Álvaro del Portillo nos recuerda de nuevo la llamada universal a la santidad».

Finalmente, el cardenal Antonio María Rouco dijo que «el beato del Portillo, nacido aquí, es particularmente nuestro y nos bendice desde el cielo».

La ceremonia de beatificación terminó cerca de las dos de la tarde, hora de Madrid; mañana, en el mismo lugar, el prelado del Opus Dei presidirá a las 12:00 una misa de acción de gracias, también en Valdebebas.

Marcela Méndez