En 11 días será la ceremonia de los Premios Óscar, y entre las estatuillas que se entregarán está la de Mejor Película de Animación, una categoría creada en 2001 que se ha vuelto una de las favoritas del público.

Sin embargo, esta predilección no suele tener eco dentro de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, la cual, ha sido acusada de brindar poca atención a los trabajos postulados cada año en esta categoría; ignorar filmes extranjeros y favorecer películas familiares.

Incluso, cuando se trata de votar, los miembros de la Academia han expresado poco interés en las obras nominadas: cada año, The Hollywood Reporter publica entrevistas anónimas a miembros con derecho a voto, donde explican por qué se inclinaron por cierta película. En el ámbito de la animación, muchos, ni siquiera expresan sus preferencias.

En la edición de 2014 se entrevistaron a siete personas, cuatro se abstuvieron de votar y ninguno vio todos los trabajos nominados para Mejor Película Animada; en 2015, se habló con siete miembros, dos de ellos no vieron ninguna de las obras nominadas y se abstuvieron de votar, otros dos votaron por la favorita de sus hijos y solo uno había consumido las cinco obras nominadas.

La historia se repitió en años subsecuentes; en 2016, tan solo se entrevistaron a dos de los individuos con voto, ninguno vio todas las obras nominadas; en la edición de 2017, de los seis miembros cuestionados, tres se abstuvieron de votar, pues admitieron no haber visto las películas.

María Victoria Carreras Cruz, directora de la Ingeniería en Animación y Videojuegos de la Universidad Panamericana, habló sobre este desinterés y sobre la situación actual de la animación en el cine, como género y técnica.

En su opinión, no podemos limitarlo a una sola razón: “Como en todos los fenómenos sociales, es multifactorial. Uno de ellos es que, desgraciadamente, el cine de animación se considera un cine menor en comparación con el cine actoral.”

“El cine no debería dividirse asociado a la calidad, he tenido la oportunidad de ver películas animadas excelentes y películas actorales pésimas”, añadió.

El académico sostuvo que hay más películas actorales buenas que cintas animadas de calidad por el simple hecho de haber un mayor número absoluto de las primeras. En parte, esto se debe al gran esfuerzo, detalle y preparación requerido para los largometrajes animados, que no permiten ninguna improvisación.

A pesar del limitado número de obras animadas, la directora considera que hay excelentes películas de esta índole: “Este año puedo mencionar, por ejemplo, Isla de Perros. Excelente, me fascinó. Creo que desde el punto de vista cinematográfico es muy buena. Hay otras películas que ni siquiera están incluidas en las listas (de nominación) porque no se conocen”.

Carreras considera que un número significativo de cintas permanecen desconocidas por la opinión de las personas y la influencia de las tendencias:

“Si hay una tendencia hacia el feminismo, esa tendencia va a permear a Hollywood; si estamos hablando de una tendencia en contra del racismo, pues también eso va a permear a Hollywood”, expuso. “Películas que sean buenas demostraciones de cada una de estas tendencias van a llevar las de ganar”.

“Hollywood también se distingue por tener una preferencia más al drama que hacia la comedia y si vemos las características del cine de animación, una de las cosas que más abundan es la tendencia hacia la comedia”, detalló.

Sin embargo, la situación está cambiando dentro de la academia. En 2018 se invitaron 958 miembros nuevos, de los cuales más de 150 son especializados en las ramas de animación y efectos especiales.

Al respecto, Carreras considera esto como un cambio positivo, pero no suficiente, puesto que todavía es necesario impulsar una formación en este ámbito de los miembros en general y romper el estigma de la animación como un género menor.

La entrevistada asegura que la transformación debe venir del público: “Hay que formar, formar a los que ya estamos y formar a las nuevas generaciones. Creo que en el sentido de la animación tenemos a nuestro favor todo el entorno de los simuladores gráficos, eso hace que ya las nuevas generaciones vayan creciendo con la animación como parte de su vida”.