CDMX.- “Chimalli. Tesoro de Moctezuma en Chapultepec” es mucho más que una exposición abierta en el icónico Castillo bordeado por bosque, es la biografía de una pieza excepcional, de un escudo prehispánico de singular belleza y valor histórico; es uno de cuatro que existen en el mundo.
De acuerdo con las curadoras Laura Filloy y María Olvido Moreno Guzmán, en el campo de batalla el chimalli (escudo circular) fue una poderosa arma defensiva de los guerreros mexicas.
La pieza que ahora se exhibe cruzó dos veces el Atlántico: salió de México en el siglo 16 en el umbral de la Conquista y regresó en el 19.
En torno a esa pieza, se reúnen más de 300 objetos entre elementos de arte plumario y arqueológicas, óleos, armas, taxidermia, litografías y documentos procedentes de diversas instituciones y museos.
En el siglo 16, la obra central salió de México junto con otros objetos que mostraban las riquezas de América y hoy luce aquí su grandeza.
Tras viajar por varios países de Europa, arribó a la corte de los Habsburgo en Austria. En el siglo 19, en un gesto noble, Maximiliano quiso dar a México un ejemplo de las armas de su antiguo emperador Moctezuma II y el escudo regresó a su país de origen. En sus versiones de lujo, el chimalli fue insignia de valor en ceremonias y rituales.
También se manufacturaron versiones especiales para los gobernantes, sacerdotes, para adornar a las deidades y distinguir a los mejores combatientes y jefes de grupos guerreros. La magnífica pieza que se exhibe, se elaboró con piel de ocelote, plumas y oro en los talleres especializados de la Gran Tenochtitlán.
De estos escudos, llaman la atención sus componentes orgánicos que con el tiempo los convirtieron en unos de los objetos históricos más frágiles. Por eso, no sobrevivió ninguno de los destinados al combate.
De los de lujo, decorados con finas láminas de oro, plumas de aves de colores, piedras semipreciosas, perlas y cascabeles, subsisten cuatro.
Desde 1944, el Cuexyo Chimalli es un tesoro del Castillo de Chapultepec. Ahí estuvo bajo condiciones controladas por décadas, entre las colecciones del Museo Nacional de Historia.
Ahora es la pieza central de la muestra temporal “Chimalli. Tesoro de Moctezuma en Chapultepec”, explicaron las dos especialistas.
A partir del 13 de febrero, y hasta mayo, el público podrá conocer esa pieza excepcional elaborada con pieles de ocelote, venado y conejo, bambú mexicano, oro, fibras de agave, algodón, perlas, una variedad de piedras semipreciosas y plumas de loros, quetzales y patos.
También tiene elementos de otros animales que no han sido posible identificar.
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