El hospital regional Adolfo López Mateos tiene una fachada metálica y fría, pero en su interior alberga la calidez de cientos de enfermeras al frente de la batalla contra el COVID-19. Dicho hospital se encuentra en la Ciudad de México, donde se han reportado más de 92 mil casos de COVID-19.

El papel de las enfermeras vs el COVID-19 

Debajo de batas , caretas, lentes, guantes, protectores de zapatos, gorros y cubrebocas, se esconden las enfermeras Blanca Rivas y Mayra Díaz listas para un turno de cuatro horas dentro del área COVID.

Una vez dentro del área de COVID-19 no podrán ir al baño, sonarse la nariz, ni hidratarse. Por ello, tampoco podrán comer mucho ni tomar mucha agua antes de entrar.

Pero, no ir al baño ni hidratarse es el menor de los riesgos de estar en esta zona, pues las acompaña el miedo constante que ahí se vive.ç

«El inicio fue con mucho estrés y mucho miedo, porque es algo a lo que no estás acostumbrada, con la falta de información y todo lo que se escuchaba del contagio y el miedo a contagiar a mis seres queridos», explicó la enfermera Rivas.

Blanca decidió ser enfermera para apoyar a su familia económicamente, ahora, con pasión por su labor, trabaja durante la madrugada en el servicio de urgencias adultas.

Como muchas de sus compañeras, Blanca y Mayra son madres.

«Mis hijos están aislados, estoy separada entonces no tengo apoyo de nadie, yo estoy las 24 horas con los niños, solo salgo al mercado y al súper voy una vez al mes, ha sido estresante para ellos no salir, pero mejor que estén estresados a que se vayan a enfermar o contagiar a alguien más», detalló Díaz.

Después de cada turno Mayra y Blanca regresan a sus casas con el miedo de contagiarse ellas y de contagiar a sus hijos .

También puedes leer: Parques naturales toman medidas frente al COVID-19

El precio de salvar vidas

Desde la llegada de la pandemia a México, la vida del personal de salud y de sus familiares pende de un hilo cada vez que llegan al trabajo.

Blanca Rivas sufrió uno de los muchos efectos de trabajar en la pandemia, una infección en las vías urinarias.

«Tuve una infección en las vías urinarias relacionada a que te tienes que aguantar, porque una vez entrando ya no puedes salir, a menos que ya sea muy necesario y urgente, pero no tenemos el material suficiente para estar entrando y saliendo» explicó Rivas

Además de infecciones urinarias, muchas enfermeras sufren de estrés, ansiedad, ataques de pánico, entre otros padecimientos psicológicos y físicos.

Después de cada turno, su equipo de protección dejará marcas en sus rostros y en algunos casos moretones.

[instagram instagram_id=»CA0-DguHziB/?utm_source=ig_web_button_share_s» instagram_title=»B/?utm_source=ig_web_button_share_shee»]

Por otra parte, Mayra Díaz es una de las enfermeras que no sólo ha tenido que luchar contra el Covid-19 en el hospital, sino en su propio cuerpo.

Díaz se contagió de Covid-19 en el hospital y pasó 20 días de incapacidad separada de su familia.

«Yo me quedé solita aquí en mi casa, de hecho pensaba en que me ingresaran , pero como ya estuve ahí como enfermera, dio miedo estar en un hospital», declaró Díaz.

Díaz explica que los síntomas del coronavirus no se comparan con los de una neumonía o una influenza, pues son mucho más graves y complicados. Después de haber vivido en carne propia los síntomas del virus, regresó al hospital y siguió laborando en la misma área.

Mayra no tuvo complicaciones graves, pero en la lucha contra el COVID-19 no siempre se gana. En México han fallecido más de 100 médicos y enfermeras, de acuerdo con el subsecretario de salud Hugo López-Gatell .

La esperanza de ganar la batalla

Mientras la pandemia continúe, Mayra y Blanca seguirán apoyando al frente de esta batalla contra la que está luchando el mundo.

Ellas seguirán portando su equipo de protección y empleando medidas de higiene, con la esperanza de que en una fecha no muy lejana, puedan volver a sentirse seguras en su lugar de trabajo.

«Uno está allá adentro exponiéndose, tratando de sacar adelante a la gente que está ahí, pero la gente debe tener conciencia de que nosotros también somos  seres humanos, tenemos familia y también nos podemos contagiar», concluyó Rivas.

Aunque las estadísticas indiquen que los números del COVID-19 están disminuyendo, está en manos de todos salvar vidas.

También te puede interesar:Historias de pandemia: Hoy no, Coronavirus, estamos de vuelta en el juego