Si te gustan las historias de terror, asesinatos y fantasmas, esta es la nota para ti. Te contaremos la historia de Elva Shue, un fantasma que logró resolver su propio asesinato a principios del siglo XX. Prepara las luces, respira hondo e intrigate con esta apasionante historia.

La tragedia de Elva Shue

Una mañana de enero de 1897, un herrero de nombre «Edward» Shue mandó al hijo de su vecino a buscar a su esposa Elva para preguntarle si necesitaba algo del mercado. Al atravesar la puerta de la casa, el chico encuentra a Elva al pie de las escaleras.

Cuando mira detenidamente, ve que su cuerpo está tendido con las piernas juntas estiradas al igual que los brazos. Al ver que la señora no respondía a sus preguntas, corrió a buscar ayuda con su madre y el médico forense George W. Knapp.

Una hora después, llegó el doctor y vio que Shue ya había llevado el cuerpo de su esposa a su habitación. El cuerpo ya había sido lavado y preparado para el funeral con un vestido de cuello alto con cuello rígido y le había puesto un velo sobre la cara.

El doctor examinó completamente el cuerpo de Elva, sin embargo al llegar al cuello y la cabeza, Edward se agitó y el médico decidió irse. Se concluyó que estaba en el «Desmayo eterno» que luego cambiaron por «complicaciones de embarazo».

El cuerpo fue enterrado en la ciudad natal de Elva Shue pero el funeral fue muy extraño ay que el marido jugó con la cabeza y cuello de la difunta. Además, cambió el velo que lo cubría ya que decía que era su favorito. También le levantó la cabeza, primero con una almohada y luego con una tela enrollada.

El instinto de madre aparece

La madre de la difunta era la única persona que no le agradaba Edward Shue. Estaba convencida de que él había matado a su hija. Ella rezaba porque su hija volviera a la vida y le diera la respuesta a su muerte. Después de varios años, su oración fue cumplida.

Afirmó que su hija se le apareció en un sueño 4 noches seguidas para contar su historia. Supuestamente, apareció como una luz brillante, tomando gradualmente una forma humana. El fantasma de Elva le confesó que Shue abusó cruelmente de ella, y una noche la atacó con rabia cuando pensó que ella no había hecho carne para su cena. Le había roto el cuello, dijo el fantasma mientras volteó la cabeza por completo. 

La madre aterrorizada, fue a la fiscalía local para reabrir el caso legal de la muerte de su hija. Convenció al fiscal Preston para que preguntara por toda la ciudad acerca del asesinato. Los vecinos y amigos de Shue le contaron sobre el extraño comportamiento que tuvo en el funeral, y el Dr. Knapp admitió que su examen había sido incompleto.

Con esos comentarios le bastó al fiscal para realizarle una autopsia para analizar su causa de muerte. El Dr. Knapp junto con otros médicos analizaron de pies a cabeza el cuerpo de Elva. Para su sorpresa, vieron que el cuello traía marcas de dedos para ahogarla además de estar dislocado el cuello. No se sabe si la historia fue para incriminarlo o realmente el fantasma lo contó pero la descripción de su sueño fue exactamente lo que se vio en la autopsia. 

El pasado de Shue

Una vez confirmado el asesinato de Elva, el fiscal Preston inició la investigación sobre el pasado del marido. Se enteró que el hombre ya se había casado dos veces antes. Uno terminó en divorcio mientras estaba él en prisión por robar un caballo. Esa esposa le dijo a la policía que Shue era violento con ella. El segundo matrimonio duró ocho meses por la misteriosa muerte de la esposa. Esta evidencia fue suficiente para que el fiscal lo llevara a juicio.

La gran testigo en el juicio fue su suegra, la madre de Elva a quien el fiscal evitó darle la palabra por la historia fantasmal. Con tal de demostrar que no era confiable, el abogado de Shue interrogó a la madre extensamente sobre las visitas del fantasma durante el interrogatorio. La táctica fracasó y muchas personas parecían creer la historia. El jurado deliberó durante solo una hora y 10 minutos antes de emitir un veredicto de culpabilidad.

Shue fue sentenciado a cadena perpetua pero murió en la primavera de 1900 por una enfermedad. La madre jamás se arrepintió de contar la historia del fantasma de su hija. No sabremos si fue real el fantasma o la historia de la madre. Lo que podemos asegurar es que ese hombre estaría en otro lugar de no haber sido por la revelación de Elva y su madre. Este ha sido el único caso en donde legalmente un fantasma ayudó a encarcelar a un asesino.

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