Luego de diez años de espera Los Diablos Rojos Del México se reunieron en el estadio Alfredo Harp Helú con su afición para celebrar su nuevo campeonato. En el recinto todo era fiesta y no es para menos, ya que después de una excelente temporada, los Diablos Rojos vencieron a los Sultanes de Monterrey en la Serie del Rey.
La noche comenzó con la llegada de ‘Rocco’ y ‘Roccy’, mascotas del equipo, motivando al público a corear las tradicionales porras con bailes y dinámicas. Posteriormente, Toño de Valdés, cronista deportivo, presentó a los campeones, quienes hicieron su entrada triunfal con el trofeo en mano, provocando la ovación de los aficionados.
El estadio explotó con la entrada de Trevor Bauer y Robinson Canó, figuras y piezas clave para conseguir el campeonato, pero cuando Juan Carlos Gamboa, capitán del equipo, se animó a decir unas palabras, recordando los esfuerzos realizados durante la temporada y cómo el apoyo incondicional de la afición capitalina fue clave en los momentos difíciles, los fans de Diablos mostraron todo su cariño y agradecimiento por traer la copa a casa.
Este título es para la mejor afición del béisbol mexicano. Gracias al esfuerzo, al sacrificio de mis compañeros que han hecho en toda la temporada, logramos la misión 17
dijo Gamboa, conmovido.
Reconocimiento y cielo iluminado
Por su parte, Alfredo Harp Helú, dueño del equipo, reconoció la labor de todo el personal que forma parte de la institución y afirmó que ahora comenzarán a trabajar en busca del título número 18.
Lo mejor llegó cuando los fuegos artificiales iluminaron el cielo nocturno de la Ciudad de México y, al ritmo de la canción ‘El Rey’, se confirmó que los Diablos Rojos del México son el equipo más grande y ganador del país. Parecía que se acababa, cuando llegó Max Peraza acompañado de su banda para hacer bailar a la afición que aún continuaba en el estadio.
Finalmente, un espectáculo de drones tomó el cielo, formando figuras y símbolos icónicos del equipo, los drones se movían sincronizados, creando imágenes que representaban la identidad escarlata dejando claro que la ‘Misión 17’ se había cumplido. Sin duda, una noche inolvidable para los aficionados de los Diablos, marcada por la unión entre el equipo y su afición.