Con 777 mil 615 habitantes, Mérida es la capital y la ciudad más poblada del estado de Yucatán en México. La ciudad fue fundada en 1542 sobre lo que anteriormente había sido la ciudad maya llamada T’Hó, la cual estaba deshabitada en el momento en que los europeos conquistaron la península.

En el año 2000 la ciudad recibió el título de Capital Americana de la Cultura (miembro del Bureau Internacional de Capitales Culturales) debido al enorme impulso que ha dado a las actividades culturales.

En 2000 Mérida fue nombrada Capital América de la Cultura / Fuente: es.wikipedia.org

Mérida es uno de los destinos turísticos más frecuentados en México, sin duda uno de los patrimonios culturales más importantes del país; desde su comida y las tradiciones hasta contar con una de las nuevas maravillas del mundo, Chichén Itzá.

Las haciendas son uno de los vestigios arqueológicos más importantes de la ciudad, están preservadas dentro de la misma y datan aproximadamente del siglo XIX.

Durante el crecimiento de Mérida se logró abarcar las haciendas más cercanas a la zona, las cuales se dedicaban a industrializar el henequén y formaban parte de la red de haciendas que conformaban la gran industria henequenera de la región.

Las haciendas henequeneras llegaron a ser hace un siglo la base de la economía yucateca y el símbolo de esplendor y grandeza de la época. El auge económico del henequén se dio a partir de la guerra de castas en 1850. Debido a la extensión de la guerra se acabó la economía agrícola de la región, mientras que los estadounidenses lograron entender la importancia de aquella fibra vegetal y así brindaron el financiamiento necesario para su cultivo.

Desde esa época se dio un aumento en la demanda por parte de otros países como Estados Unidos, Francia e Inglaterra, así se comenzó a sembrar el henequén en grandes cantidades. Yucatán llegó a ser el único productor de henequén y no lograba cumplir con la demanda mundial, lo cual generó una alza de los precios de producción enriqueciendo así a los hacendados.

En 1920 comenzó el declive de la industria henequenera ya que empezaron a exportar fibra desde Brasil, Cuba, Haití y Kenia. Además, las consecuencias de la Revolución Mexicana y la reforma agraria hicieron que las plantaciones fueran divididas entre los campesinos.

Con los años el uso que se le ha dado a estas haciendas ha variado, ya que no se siguen utilizando como fabricadoras de henequén. Se pueden encontrar haciendas totalmente reconstruídas y adaptadas para funcionar como museos, hoteles, paradores turísticos o salones de eventos sociales.

De las mil 700 haciendas que existían a principios de siglo hoy sólo quedan aproximadamente 400, de las cuáles la mayoría se encuentra en ruinas. Varias haciendas han sido reconstruidas y ahora ofrecen sus servicios de hotel y spa, entre las más famosas se encuentran la Hacienda Xcanatún y la Hacienda Temozón Sur.

Hacienda Xcanatún

La hacienda Xcanatún está ubicada en el corazón del Mundo Maya a sólo cinco minutos de la ciudad de Mérida, Yucatán. Fue construida alrededor del siglo XVIII con fines agrícolas y ganaderos, después sería adecuada para el cultivo y procesamiento del henequén en el siglo XIX; sin embargo, al ser desarrolladas las fibras sintéticas, los productos de sisal comenzaron a tener una gran demanda y los dueños originales vendieron lo que quedó de los edificios y terrenos. Posteriormente convirtieron la hacienda en una casa de verano.

El tiempo y los cambios climáticos fueron deteriorando las edificaciones, hasta 1994 cuando la hacienda fue adquirida por el señor Jorge Ruz Buenfil (descubridor de la Tumba de Palenque, Chiapas). Finalmente, el lugar fue abierto de nuevo en el año 2000. Actualmente es un lujoso hotel el cual es atendido por sus propietarios.

Actual Hacienda Xcanatún / Crédito: Maite Barberena

Arquitectura 

En cuanto a su arquitectura, cuando el Señor Ruz adquirió la propiedad, se encontraba en ruinas. Se logró hacer un intenso trabajo de restauración y adecuación. Algunos de los espacios, como la casa de máquinas –convertida en restaurante y bar– y la capilla, fueron totalmente reconstruidos. Otros lugares solamente fueron modificados, respetando así la armonía de todo el conjunto. En el terreno también se encuentra la antigua casa principal que fue adaptada con cuartos para huéspedes.

El lugar cuenta con dos piscinas y tres hectáreas de jardines con sembradíos de especies típicas de la región. El hotel incluye 18 habitaciones, con finas decoraciones, jacuzzis al aire libre y tinas talladas en piedra de coral. Hay tres tipos de habitaciones: master suite, deluxe suite y superior.

Es una fiel representación de su legado arquitectónico, un tesoro del siglo XVIII que conserva su historia y detalles clásicos pero a la vez brinda a sus huéspedes la modernidad que se espera de un hotel de lujo.

Para más información sobre la hacienda, sus servicios, eventos y reservaciones, visita su página oficial.

Hacienda Temozón Sur

No existe una hacienda mejor para regresar en el tiempo y sentirse en el ambiente de prosperidad que vivió Yucatán a finales del siglo XIX y principios del XX.

Durante el siglo XVII la productividad de la hacienda fue concentrada principalmente en en la cría de ganado y a partir de la segunda mitad del siglo XVIII el henequén comenzó a generar una gran dimensión social y financiera para la península gracias a su cultivo y exportación hacia Estados Unidos.

Temozón nos permite explorar y apreciar los restos de lo que fue una época de esplendor.

Entrada principal de la Hacienda de Temozón Sur / Crédito: Maite Barberena

Arquitectura

En sus alrededores se pueden observar los vestigios industriales y los elementos que fueron utilizados para el procesamiento de la fibra. Actualmente, el salón de máquinas y el patio de secados están conservados.

Lo que anteriormente era la arquería de la casa principal fue convertida en un restaurante que se distingue por servir selecta y tradicional comida yucateca e internacional.

Una gran piscina fue construida para fines del hotel, cuenta con hermosos detalles arquitectónicos modernos y logra un magnífico conjunto visual al estar ubicada de manera centrada, al fondo se proyecta el edificio de la casa de máquinas.

Piscina de la Hacienda Temozón Sur / Cré: Maite Barberena

También cuenta con servicio de spa, que es realizado a las orillas de un cenote a aproximadamente 200 metros de la hacienda.

La Hacienda de Temozón cuenta con 28 suites de lujo maravillosamente amuebladas y modernos baños. De las mejores habitaciones que hay es la llamada “El cuarto del patrón” o suite presidencial; consiste en una espaciosa habitación con sala de estar, biblioteca, un gran baño que contiene una tina original y lavabos de piedra, además de una terraza privada.

Platicar con trabajadores de las haciendas puede resultar muy interesante, ya que no hay nadie mejor para contarte de ellas que las personas que se encuentran ahí día a día. Uno de ellos nos platicó acerca de la industria henequenera, su funcionamiento y sobre cómo se utilizaban las máquinas. Nos mostró la plana del henequén y cómo era desfibrada. La planta vive alrededor de 25 años, los primeros siete son los de la etapa de desarrollo y en los siguientes años brinda una gran cantidad de pencas de las cuales es extraída la fibra.

Los mayas y sus descendientes utilizaban la fibra para elaborar hamacas, cuerdas, sacos, bolsas y prendas de vestir.

Industria henequenera

La industria henequenera es una agroindustria que parte del cultivo del henequén o sisal, en lengua maya ki, cuya fibra es extraída de la planta y posteriormente procesada textilmente de distintas formas, logrando obtener productos de uso doméstico, comercial, agrícola e industrial.

Maquinaria utilizada para el procesamiento del henequén / Crédito: Maite Barberena

El proceso de transformación es el siguiente: primero se obtiene la fibra del raspado de las horas (las cuales son previamente cortadas de la planta), obteniendo la hilatura de la fibra; estos hilos son sujetados a procesos textiles para producir distintos objetos como cuerdas, hilos para embalar y otros hilos de uso agrícola, también sacos para empacar café, cacao o maíz, entre otros.

 

Henequén, llamada Ki en el idioma maya.
A partir de ella se da origen a la industria henequenera / Fuente: es.wikipedia.org

Conocer las haciendas henequeneras será sin duda una experiencia inolvidable para cualquier visitante, tanto mexicano como extranjero. Una vez más sorprende la inmensa cantidad de cultura y belleza que nuestro México puede mostrar.

Otras haciendas recomendadas para visitar son: Tanil, Sotuta de Peón, Hacienda Dzibikak, Katanchel, Tekik de Regil, Chenkú, Misné, San José Cholul, Chenché de las Torres, entre muchas otras.

Para obtener más información sobre las hacienda y sus servicios, consulta la página Haciendas en Yucatán.

Maite Barberena

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