La idea de tener a Deadpool y Wolverine protagonizando una película juntos ha sido un sueño largamente esperado que por mucho tiempo se creyó imposible, pero finalmente se ha hecho realidad. Esta vez como se debe, el desastre que fue X-Men Origins: Wolverine no cuenta, y creo que ese es el sentimiento general.

Esta la primera vez que Deadpool y los mutantes hacen su entrada triunfal al Universo Cinematográfico de Marvel (UCM), pero esto tuvo su dificultades. La venta de 20th Century Fox a Disney creó mucha incertidumbre sobre el futuro del Mercenario Bocazas. Ryan Reynolds no encontraba una historia y un director para realizar su visión. Justo cuando todo estaba perdido, Hugh Jackman le ofreció a Ryan interpretar nuevamente a Wolverine y a partir de ahí todo fue tomando forma por sí solo. Con el director y amigo de ambos actores: Shawn Levy, y Like a Prayer de Madonna, es que llegá Deadpool y Wolverine.

Duerme bien, Fox

Imagen Recuperada de Collider.

Esta es la trigésima cuarta entrega del UCM y la primera dedicada a los X-Men producida por Marvel Studios (o sea, por Disney). Además, funge como una despedida a las cintas que se crearon bajo la insignia de Fox y Marvel durante los 2000s, cerrando un ciclo y sentando las nuevas posibilidades para el futuro.

Marvel, viendo todo a través del multiverso, incorpora elementos de cintas y series previas para darle una uniformidad y sentido de interconexión a su historia. Si Disney fuera tan dadivoso para patrocinar esta reseña, diría que se vean todas las películas, pero como con dinero baila el perro, me limitaré a decirles que, para entender mejor esta entrega, es necesario haber visto las primeras dos entregas de Deadpool, las tres primeras cintas de X-Men, Logan y de preferencia tener nociones generales de Marvel, tanto de los 2000s como de su panorama actual, pues esta películas es un especial regalo para los fans.

La jerarquía de Marvel está a punto de cambiar

Imagen recuperada de Univisión.

La TVA (presentada en Loki) le ofrece a Deadpool (Wade Wilson), interpretado por Ryan Reynolds, la oportunidad de ahora formar parte de la sagrada línea del tiempo (la continuidad del UCM) a costa de que su universo sea destruido. Es por eso que Wade buscará la ayuda de Wolverine, con Hugh Jackman nuevamente en el papel, para ayudar a Wade a salvar a su universo, y quizás muchos más.

Ya vi esta película cinco veces, por lo que puedo asegurar que solo mejora cada vez que la repites. Siempre encuentro nuevos detalles y bromas que previamente había pasado por alto. Aunque también he de decir que hay chistes que se entienden únicamente en inglés, lo cual solo señala el humor que carga esta cinta. A pesar de esto, creo que es mejor verla en español para disfrutar al máximo de los chistes y referencias culturales que se traducen con gran ingenio. Los doblajes aportan un extra de humor y contexto que se pierde en la versión original.

Disney burlándose de Disney

Imagen recuperada de RPP.

Con todo y la confirmación de que Deadpool mantendría su clasificación para adultos, muchos fans aun tenían la duda de si Disney forzaría al equipo creativo a rebajar la sangre y el humor negro. Pues descansen en paz nerds, ya que esta tercera entrega es por mucho la más sangrienta de las tres y mantiene la esencia burlesca, prosaica e irreverente del mercenario. Ayuda el hecho de que Reynolds, al ser productor, mantiene bien protegido lo que él cree que es lo mejor para el personaje.

Los chistes a expensas de la vida real de los actores, Marvel y Fox son abundantes. Es un festín de referencias y bromas internas que los fanáticos de la franquicia sabrán apreciar. Lo más destacado de la cinta, sin duda, es ver a Deadpool y Wolverine juntos en pantalla, con una química innegable entre Ryan Reynolds y Hugh Jackman. Simplemente es todo lo que los fanáticos queríamos ver: sangre, humor negro y a dos amigos demostrando por qué son amigos.

Bromance de rojo y amarillo

Imagen recuperada de Premiere.

No sé qué planea Marvel con los personajes de Deadpool y Wolverine, pero todos tenemos que estar ridículamente agradecidos tanto con el Hugh Jackman como con Ryan Reynolds. Hugh ha estado en el papel desde el 2000; esos son 24 años, en diez películas de los X-Men, atravesando carcinomas, nominaciones, un divorcio, incontables lesiones, The Greatest Showman, y un corto retiro. El hombre volvió porque ama al personaje y sabe lo que significa para la audiencia. Podrá haber tres Hombre-Araña, seis Superman y once Batman, pero siempre un solo Wolverine.

Agregando también lo que atravesó Ryan Reynolds para conseguir su cinta en solitario tras la aberración que fue X-Men Origins: Wolverine, la adquisición de Fox por parte de Disney, el futuro incierto de la franquicia y la huelga de escritores y actores. Por fin vemos a estos personajes juntos como Dios manda; los vemos insultarse, los vemos pelear, los vemos conocerse y por fin compartiendo la pantalla grande.

El Jesús de Marvel 

Imagen Recuperada de GeekTyrant.

No esperen ver The Godfather 2 en cuanto a historia. La trama no es la más profunda, pero eso no resta diversión a la experiencia. De por sí las cintas de Deadpool no han tenido la profundidad más grande en cuanto a narrativa. La primera literalmente se resume en conseguir su cara de Ryan de vuelta, recuperar a su chica y matar al que lo deformó. Sin embargo, como sus predecesoras, su trama es flaca, pero funcional. El UCM ha demostrado ser capaz de contar historias bien construidas como Guardians of the Galaxy Vol. 3 o Captain America: The Winter Soldier, pero aquí el objetivo principal no es ese, y eso está bien.

Hugh y Ryan AMAN interpretan estos personajes y se nota. La película no salva a Marvel; así como un platillo no salva a un restaurante. Pero no se necesita de extremos; simplemente cumple con su cometido. Complacer a esta audiencia es como mi sobrino que pide nuggets en un restaurante de mariscos, nada le complace. Aunque es cierto que hay múltiples incoherencias e incongruencias en la historia, al final del día queríamos ver a estos personajes juntos en el UCM y fue exactamente lo que conseguimos. Aquí se ve el verdadero multiverso (no como la tercera parte de Doctor Strange). El fanservice es funcional, ya que en su mayoría va en pro de la trama, y también arroja gloria a proyectos de Fox olvidados o que nunca sucedieron (si saben a qué me refiero).

I hear your voice, feels like flying

Imagen Recuperada de Paloma y Nacho.

La banda sonora de Deadpool y Wolverine es un viaje nostálgico que rinde homenaje a los éxitos de los 90s y los 2000s, encapsulando el espíritu de esas décadas y complementando perfectamente el tono de la película. Temas icónicos como Bye Bye Bye de NSYNC se escucha en la que es posiblemente una de las mejores intros de películas de Marvel. No solo añaden un toque divertido y energético a las escenas de acción, sino que también evocan recuerdos de una era dorada para muchos fanáticos.

Canciones como Iris y You’re the One That I Want aportan momentos emocionales y resonantes, conectando con la audiencia a un nivel más profundo. Y la X que marca el tesoro es la inclusión de The Greatest Show, protagonizadapor el mismo Hugh Jackman, que añade una capa de metatextualidad, celebrando el regreso de Jackman al papel de Wolverine, y uno de los mejores chistes de la cinta.

Máximo Esfuerzo

Como fan hay mucho que disfrutar en Deadpool y Wolverine: personajes olvidados que tienen un momento para brillar, portadas clásicas de cómics recreadas y una escena de batalla con Madonna de fondo. Pero al final, lo que más me complació fue lo que la película no es. No es un puente hacia una nueva era de películas de Marvel, no es el tráiler de la siguiente cinta, no es la varita mágica que viene a borrar el desastre que Disney ha hecho en los últimos años. Esta es la fiesta de Deadpool y Wolverine, en la que cortan el pastel y nos ofrecen lo que se prometió. Como cualquier buena fiesta, es una divertida experiencia que se disfruta aún más con amigos.

Deadpool y Wolverine se encuentra disponible en todos los cines de nuestra bella Ciudad de México, con clasificación C para mayores de edad, tanto doblada como en inglés.

¡Nos vemos en el cine!