Las vacunas contra el Covid-19 se han convertido en la esperanza para la humanidad tras este año de confinamiento. Entre las vacunas más populares, se encuentran varias que requieren de una doble dosis para asegurar su correcto funcionamiento. Por ello, es probable que te hayas preguntado alguna vez qué pasa si no recibes esta segunda dosis de la vacuna. Esto es lo que dice la ciencia 

Hasta el 8 de marzo, se han administrado en los Estados Unidos más de 90 millones de dosis de las tres vacunas Covid-19 actualmente aprobadas para uso de emergencia por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA). Dos de ellas, una de Pfizer y otra de Moderna, requieren de dos dosis, con una segunda inyección entre 21 y 28 días después de la inyección inicial. 

Sin embargo, la necesidad de esta segunda dosis ha llevado a que algunas personas expresen su preocupación por perder la segunda cita para recibir la dosis correspondiente. Esto debido a posibles problemas de distribución o logísticos. 

Y no es una preocupación únicamente del público. A los mismos proveedores también les preocupa que algunas personas eviten voluntariamente una segunda inyección debido a los posibles efectos secundarios menores como fiebre o dolores corporales por la dosis inicial o conflictos de programación. Entonces, ¿qué pasaría si la segunda inyección se llegara a retrasar?

Un retraso no es un problema

Si bien no es ideal, muchos expertos en salud advierten que no hay nada de qué preocuparse. De acuerdo a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la segunda inyección se puede retrasar hasta seis semanas después de la primera sin afectar la eficacia general de la vacuna. 

Con ese tiempo adicional, cualquier problema de distribución debería poderse resolver con anterioridad. Además, ello aseguraría que las personas reciban su segunda dosis. Otro punto favorable es que los proveedores suelen priorizar la aplicación de la inyección al público, pues permite que estos completen el calendario de vacunación adecuadamente.

¿Cómo funciona la vacuna?

Tanto la vacuna Pfizer como la Moderna funcionan instruyendo al cuerpo a crear una proteína de pico única del virus. Esto desencadenará posteriormente una respuesta inmune. Aquí entra en juego la segunda inyección, la cual refuerza la respuesta de los anticuerpos. Por ello, esta debe administrarse mientras el sistema inmunológico aún «recuerda» la dosis inicial, tanto para aumentar la inmunidad como la duración de la protección.

Eso quiere decir que aunque un retraso de algunas semanas no debería suponer un gran problema, omitir la segunda dosis voluntariamente sí podría. La protección que brinda una sola dosis de las vacunas Pfizer o Moderna es limitada, es decir, no proporcionará una respuesta inmune tan fuerte o tan prolongada como la que proporcionarían las dos dosis. 

Por otro lado, aunque algunos estudios han demostrado hasta un 85 por ciento de efectividad contra casos sintomáticos después de una dosis de la vacuna Pfizer después de cuatro semanas de haberse recibido, la duración de dicha protección no está clara aún. Por lo que actualmente no hay recomendaciones para desviarse del régimen establecido de dos dosis.

En conclusión, la mejor opción es hacer todo lo posible para no omitir la segunda dosis. Eso sí, no hay de qué preocuparse si por alguna razón la aplicación de esta termina restrasándose por un par de semanas. Ya saben, a vacunarse como es debido.