Caballos de Troya en Venezuela

Elizabeth Téliz Martínez 25 febrero, 2019
Updated 2019/02/25 at 1:35 PM
Un protestante sostiene una bandera de Venezuela en el puente internacional Francisco de Paula Santander en Ureña, Venezuela el 24 de febrero de 2019.
Un protestante sostiene una bandera de Venezuela en el puente internacional Francisco de Paula Santander en Ureña, Venezuela el 24 de febrero de 2019. | Fuente: Raúl Arboleda/AFP

El sábado 23 de febrero estuvo lleno de tensión en las fronteras de Colombia y Brasil con Venezuela. Ahí se ha concentrado la ayuda humanitaria proveída por Estados Unidos desde el pasado 8 de febrero. Los productos que el vecino norteamericano ha llevado han sido rechazados por el Gobierno venezolano de Nicolás Maduro. Los cargamentos de comida y medicina fueron pedidos por el Presidente interino, Juan Guaidó.

 

Por otra parte, Rusia comienza colocarse en el camino de lo que parece una competencia por enviar ayuda humanitaria al país sudamericano. Nicolás Maduro anunció  el envío de 300 toneladas de ayuda humanitaria por parte de Moscú que incluyen medicina y equipo médico.

 

El día 20 de febrero arribó la ayuda al aeropuerto internacional de Caracas, Venezuela. La aceptación de dichos recursos por parte del mandatario resulta desconcertante, debido que a principios de febrero comenzó a rechazar cualquier ayuda humanitaria al negar que hubiera una crisis en el país.

 

La situación parece dividirse en dos: el bando que respalda a Nicolás Maduro y el que apoya a Juan Guaidó. En consecuencia, la próxima llegada de ayuda humanitaria ha causado gran polémica en la escena internacional. El Presidente Donald Trump aseguró el 19 de febrero que el pueblo venezolano requiere de ayuda debido a la situación precaria en la que viven los venezolanos por el Gobierno socialista del país sudamericano. Por otra parte, según El País, se ha acusado a Estados Unidos de querer afectar negativamente a Venezuela con la entrega de la ayuda.

 

La vicepresidenta de la nación sudamericana Delcy Rodríguez que aseguró, a pesar de no tener pruebas, que los productos enviados por la Unión Americana están envenenados y contaminados.

 

Ayuda interesada

Estados Unidos y Rusia son quienes tienen los reflectores encima, pues ambas potencias, junto con China, han tomado partido en la disputa interna de la nación latinoamericana. De acuerdo con el doctor Ángel Manuel Ortiz Marín de la Facultad en Ciencias Humanas en la Universidad Autónoma de Baja California, las acciones de ambas potencias pueden resultar problemáticas.

 

“Es muy complicado para otros países poder intervenir en aras de la democracia porque evidentemente este es el concepto que algunos están usando en favor y en contra de otro”, opinó el investigador.

 

 De acuerdo con Ortiz Marín las iniciativas de cada nación, primordialmente las de Estados Unidos, como las de Rusia tienen intenciones más allá de apoyar al pueblo venezolano.

 

“Detrás de esto no es un problema solamente de democracia o de derechos humanos, hay intereses geoeconómicos en relación a venezuela y uno de ellos, el más visible, sería esta situación que tiene qué ver con el petróleo”, explicó el vicepresidente del Consejo Nacional para la Enseñanza y la Investigación de las Ciencias de la Comunicación (CONEICC).

 

La ayuda estadounidense

Estados Unidos es la nación que ha acaparado los reflectores, por ser quien tuvo la iniciativa de dar apoyo humanitario por petición de Juan Guaidó. Eso promovió la tensión en la frontera, puesto que el pasado 8 de febrero, el Gobierno de Nicolás Maduro bloqueó el paso de cualquier tipo de cargamento proveniente de la potencia norteamericana.

 

“América Latina para Estados Unidos es su región, por lo que trata de evitar que haya intromisión en distintos países”, explicó Ortiz Marín. Las acciones de su país, por ende, tienen un interés geopolítico. El país ha implementado diferentes sanciones económicas a Venezuela desde 2017, según Forbes.

 

El medio también informó que esta nación depende del dinero que provee la exportación de crudo, motivo por el cual las sanciones del Presidente Trump le afectan de modo negativo. Por otra parte, puede que dicho bloqueo de importación de petróleo provoque un contraataque de Venezuela al no comprar productos derivados del petróleo a Estados Unidos.

 

El doctor Marín Ortiz considera que dichas acciones desenmascaran las acciones del vecino norteamericano: “Es una doble moral (…), uno de los planteamientos es evidentemente económico más que democrático, de ayuda humanitaria o de derechos humanos. Aquí hay intereses económicos muy fuertes, que en su momento tienen qué ver con este factor fundamental que es el petróleo de Venezuela”, aseguró.

 

El investigador mencionó que cualquier apoyo enviado por Estados Unidos no será recibido por Maduro. Esto se debe a que aceptar dicha ayuda implicar darle la razón a Guaidó. Incluso esta acción se relaciona con el hecho de que los cargamentos de Rusia fueron bien recibidos esta semana.

 

El pasado martes Nicolás Maduro retó a Juan Guaidó a que convoque elecciones, pues está seguro de que su adversario no mantendrá ventaja alguna. El Presidente interino desea convocar a los comicios y cuenta con apoyo de ex funcionarios chavistas, así como de la comunidad internacional. El doctor Ortiz Marín considera que una transición política pacífica es crucial para que termine el conflicto.

 

“Me parece que esta condición también tiene que ser sopesada en torno al único organismo que me parece que puede tener validez para esto, que es la Organización de las Naciones Unidas”, opinó el profesor.

 

Asimismo mencionó que la búsqueda de un diálogo puede ser lo más favorable para evitar situaciones en las cuales haya mayor violencia. “Tiene que haber una disposición de ambas partes; si una de las parte no quiere generar una propuesta de diálogo, me parece que va a ser muy complicado”.

 

Entre la espada y la pared

El doctor en Comunicación Social por la Universidad de La Habana considera que es muy peligroso que se apoye a una de las partes en las que Venezuela está actualmente dividida. Sin embargo, cree que es indudable la necesidad de convocar a elecciones. México es uno de los países que ha tomado esta postura, a favor del diálogo sin respaldar de manera oficial ni a Nicolás Maduro, ni a Juan Guaidó.

 

“México tuvo hasta los 80, tal vez un poco más adelante, una postura muy centrada en la doctrina Estrada, que era no interferir y no tomar partido en relación a los conflictos internos político-económicos, incluso religiosos, que hubiera en alguna región de América Latina o en algún otro país del mundo”, explicó el licenciado en Periodismo y Comunicación Colectiva por la Universidad Nacional Autónoma de México.

 

Él comenta que dicha doctrina la ha aplicado el Presidente Andrés Manuel López Obrador, aunque este reconoce a Nicolás Maduro como el Presidente democráticamente electo. El tema fundamental radica en no intervenir en los asuntos de otros países, lo cual le evita a México tener una posición identificable con una de los dos bandos en Venezuela. El Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón aseguró que el gobierno mexicano busca avanzar hacia el diálogo y la paz de acuerdo con el medio británico BBC.

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