Will Smith pudo dar su cachetada en los Óscar gracias a que, tras ser el príncipe de Bel Air, incursionó por primera vez en el género de acción con Bad Boys en 1995. Esto creó el efecto de domino que es la muy completa y diversa carrera del hombre de negro, ganador del Óscar, y hater número uno sobre chistes de su esposa.
Con altos como The Pursuit of Hapiness, bajos como After Earth, y una veta de 10 años de los premios de la academia, Smith regresa nuevamente a una de sus franquicias más exitosas para encontrar algo de redención. ¿Lo logrará? ¿O será otra cinta que pase sin pena y sin gloria? Veremos si Bad Boys 4 regresa con la misma fuerza con la que impactó a Chris Rock.
El regreso de los Bad Boys

Tras perder al jefe Conrad, seguimos a los Bad Boys en sus aventuras usuales en LA. Mientras Mike por fin sienta cabeza, vemos cómo Marcus atraviesa un despertar espiritual. Esto los lleva a volver a la acción para limpiar el nombre de su difunto capitán, que ahora está siendo acusado de tener conexiones con el cartel. Aquí se desencadena toda la trama donde se encontrarán con antiguos villanos y aliados.
Bad Boys: Ride or Die nos trae de vuelta a los icónicos detectives Mike Lowrey, interpretado por Will Smith, y Marcus Burnett a cargo de Martin Lawrence, en una nueva y explosiva aventura. De primer balazo, la química entre Smith y Lawrence sigue siendo el pilar que sostiene la película, demostrando que su carisma y dinámica están intactos a pesar del paso del tiempo. Verlos juntos en pantalla es un recordatorio nostálgico de por qué nos enamoramos de esta franquicia en primer lugar; se notan los años encima de los actores, pero el carisma sobrevive.
¿Qué hay de nuevo?

Visualmente, la película se arriesga más que sus predecesoras. Los directores Bilal Fallah y Adil El Arbi optaron por ángulos más estilizados y un uso frecuente del POV y el slow-mo, dándole a las escenas de acción un toque distintivo y emocionante. Sin embargo, esta apuesta visual no siempre compensa una trama que se vuelve innecesariamente complicada. En momentos, la historia se siente como un videojuego, perdiendo de vista la narrativa coherente que debería sostenerla, como otra franquicia que ya vivió de más. ¿Le suena?
Quien se roba el show es Reggie (ahora sí de 30 años), quien realiza una impresionante hazaña de acción al vencer él solo a 12 soldados. Además, el largometraje está repleto de cameos y referencias a entregas anteriores que denota la continuidad y cohesión durante la saga
Hora de colgar la placa y el arma

A pesar de sus esfuerzos por innovar visualmente, Ride or Die se queda corta en la construcción de su villano, interpretado por Eric Dane. El personaje aparece tan poco que se siente como si su papel fue diseñado para minimizar su tiempo en pantalla, lo que le resta impacto a la historia. No diré que Kate del Castillo lo hizo excelente en la entrega pasada, pero si diré que lo hizo mejor.
En términos de entretenimiento, la película cumple, pero se siente más como estilo sobre sustancia. Las escenas de acción son impresionantes y el humor sigue siendo efectivo en ocasiones, aunque en otras algo forzado. La cereza del pastel es sin duda la interacción entre Mike y Marcus. A pesar de esto, la trama enredada y el hecho que la tercera parte ya había cerrado la historia de manera muy satisfactoria, no logran elevar el filme por encima de ser simplemente una entrega entretenida y quizás algo innecesaria. Además el final, sospechosamente idéntico a esa otra franquicia de acción que ya duró demasiado, fue la clara señal que ya es hora de contemplar el retiro de las fuerzas.
¿Qué vas a hacer cuando vengan por ti?
En conclusión, Bad Boys: Ride or Die ofrece una dosis de acción frenética con el carisma innegable de Smith y Lawrence al frente. Sin embargo, su trama sobrecargada y la falta de profundidad narrativa la dejan como una entrega que, aunque entretenida, no alcanza las alturas de sus predecesoras. Es un viaje divertido para los fans de las anteriores, pero que probablemente no deje una impresión duradera.
La cinta se encuentra disponible en el cine al que gustes ir, tanto en su idioma original como en español latino.